Burgomaestres de zonas alejadas viajaron miles de kilómetros por orden de Lima. Todo para tomarse una foto con Dina Boluarte en un acto simbólico que nunca debieron asistir.
El centralismo se impuso otra vez. Más de 140 alcaldes de distritos rurales fueron obligados —porque así lo sienten— a dejar sus comunidades, muchas en pobreza extrema, para acudir a una ceremonia montada por el Ejecutivo en Palacio de Gobierno. ¿La excusa? Firmar convenios que ya estaban validados por las oficinas zonales del programa Llamkasun Perú. ¿El verdadero fin? Mostrar a Dina Boluarte con “el Perú profundo” en una puesta en escena cuidadosamente calculada.
Muchos de los alcaldes tuvieron que hacer viajes de más de 1.000 kilómetros, algunos incluso trepados en camiones de carga, con gastos que superan los S/5 mil. Todo para un acto meramente protocolar. Así lo confirmó un funcionario del propio programa, quien reveló que los documentos ya habían sido firmados previamente. Lo que se vio fue solo para la foto.
El Ministerio de Trabajo insiste en que la invitación fue “voluntaria”, pero los oficios enviados dejan claro que los fondos estaban supeditados a la participación en el evento. Una abogada especialista en contratación pública lo calificó de ilegal. La ley no exige una ceremonia para transferir dinero, pero el Ejecutivo sí.
Detrás del montaje, la realidad golpea: lluvias, carreteras bloqueadas y pueblos abandonados mientras sus alcaldes cumplían con el acto político. “Es una falta de respeto al pueblo más necesitado”, dijo uno de ellos. En efecto, el Gobierno cambió las reglas solo para ganar pantalla.
