Una niña entre algunas de las muchas ruinas de la guerra en Gaza. Las Naciones Unidas advierten que la recuperación de la guerra, con su pérdida de vidas e infraestructura, podría tardar muchos años. Imagen: Ajjour / Unicef
NACIONES UNIDAS (Por Corresponsal de IPS) Pasado ya un mes del inicio de la guerra en Gaza, Palestina ya ha sufrido importantes reveses en materia de desarrollo que tendrán graves ramificaciones para el pueblo palestino y que repercutirán en cualquier esfuerzo futuro hacia su recuperación económica.
Un nuevo informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud) y la Comisión Económica y Social de las Naciones Unidas para Asia Occidental (Cespao) ha proyectado las consecuencias del desarrollo socioeconómico de Palestina a medida que el conflicto en Gaza entra en su segundo mes.
Titulado «La guerra de Gaza: repercusiones socioeconómicas previstas en el Estado de Palestina», el informe conjunto advierte de que la pérdida de vidas y de infraestructuras a causa del conflicto y del asedio militar tendrá consecuencias a largo y corto plazo en todo el Estado y provocará una grave regresión en el desarrollo de la que el Estado tardaría años en recuperarse.
Desde el 7 de octubre, las operaciones militares en la Franja de Gaza han provocado dramáticas trayectorias descendentes en la economía, las infraestructuras públicas y el desarrollo del Estado.
Rola Dashti, secretaria ejecutiva de la Cespao, destacó la privación de recursos sin precedentes desde la escalada del conflicto. En una rueda de prensa, advirtió de que esta privación de recursos, incluidos los servicios públicos, la sanidad, los servicios públicos y la libertad de movimiento, son emblemáticos de la pobreza multidimensional.
Más de 45 % de las viviendas han sido destruidas por los bombardeos; 35 000 viviendas han quedado totalmente destruidas y 212 000 han sufrido daños parciales. Más de 40 % de las instalaciones educativas han sido destruidas, lo que ha dejado a más de 625 000 estudiantes sin acceso a la educación.
El informe calcula que el producto interno bruto (PIB) palestino disminuirá 4,2 % en el primer mes de guerra. Si la guerra se prolonga durante el segundo y tercer mes, se prevé una pérdida adicional del PIB de entre 8 % y 12 %. También se espera que el nivel de pobreza aumente hasta en 20-45 %.
Estas previsiones se hicieron para la duración de la guerra, hasta tres meses. Como el valor económico está centralizado en gran medida en la Franja de Gaza y Cisjordania, tendrá un efecto dominó en toda la región.
El desempleo en Gaza ya era un problema, con una tasa de 46 %, frente a 13 % en Cisjordania. Sin embargo, desde el comienzo de la guerra se han perdido unos 390 000 puestos de trabajo. La continua intervención militar ya ha causado trastornos en el comercio y en los sectores de la agricultura y el turismo.
Otros efectos de la guerra, como la reducción del comercio y las inversiones, no harán sino aumentar la inseguridad general del Estado. También existe el riesgo de que los inversores adopten una actitud más cautelosa cuando la región muestre tanta volatilidad. El impacto en los países vecinos sería la reorientación de los recursos del desarrollo a la ampliación de la seguridad.
Los hospitales han tenido que hacer frente a repetidos ataques desde el comienzo de la guerra, al tiempo que mantenían sus operaciones en marcha a medida que disminuían los suministros.
De los 35 hospitales de Gaza, ya 16 se han visto obligados a suspender sus operaciones debido a la escasez de combustible. Entre ellos, el hospital Al Awda, en el norte de Gaza, el único que prestaba servicios de salud materna, donde 80 % de sus pacientes eran mujeres y niños. El 8 de noviembre, un portavoz anunció ya que el hospital se vería obligado a cerrar sus operaciones debido a la escasez de combustible.
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La amenaza a su seguridad y las interrupciones de la educación, la atención sanitaria, la vivienda y el empleo ya han desplazado forzosamente a más de 1,5 millones de personas en Palestina en solo un mes.
El número de víctimas mortales en este conflicto supera ya las 10 000, entre ellas 4104 niños. Contrasta fuertemente con el número de muertos durante el gran conflicto de 2014, que alcanzó un máximo de 2251.
Como resaltó Dashti a los periodistas, hay rostros detrás de cada una de estas asombrosas cifras.
El director de la Oficina Regional para los Estados Árabes del PNUD, Abdallah al Dadari, lamenta la pérdida de desarrollo humano general. «Estas pérdidas y retrocesos acumulados harán retroceder (a Palestina) a 2005, en términos de desarrollo», afirmó.
Si se pone en marcha un alto el fuego, aunque sea inmediato, el tiempo de recuperación será largo y complejo.
Al Dadari señaló que reconstruir las infraestructuras perdidas sería todo un reto. Añadió que los esfuerzos por «una reconstrucción de arriba abajo» que no incluyera la participación y consideración del pueblo palestino tendrían «deformaciones estructurales» poco después.
Muchas de las instalaciones, incluidos hospitales, centros de apoyo y escuelas, fueron creadas y apoyadas por organizaciones humanitarias. Palestina depende de estas instalaciones y de la ayuda humanitaria.
El informe de la ONU concluye que los esfuerzos de recuperación posbélica deben adoptar un enfoque diferente, que no se limite a atender las necesidades humanitarias y económicas inmediatas de los civiles afectados mediante la financiación.
Deben abordarse las causas profundas del conflicto y las tensiones en la región, afirmó Dashti. Con la garantía de todas las partes implicadas, ¿existe la posibilidad de lo que la ONU denomina paz sostenible?