- Estas válvulas permiten evitar daños y mantener la eficiencia del sistema.
La válvula de alivio es un elemento diseñado para abrirse muy rápidamente cuando la presión de un fluido alcanza el valor programado, liberando cualquier exceso de presión generado en un sistema hidráulico como un posible golpe de ariete.
“El trabajo de la válvula de alivio es asegurar los sistemas de conducción de fluidos para que no trabajen a presiones para las que no fueron diseñados. Estas son colocadas cerca a la descarga de bombas, en conducciones de pendientes pronunciadas, próximo a equipos sensibles que requieran protección y en lugares donde constantemente se están manipulando válvulas de corte. Deben tener aproximadamente diámetros cercanos a la mitad de la tubería desde donde se hace la derivación”, indica Ayrton Díaz, jefe del departamento técnico de Grupo Hidráulica.
Para saber cuándo se debe utilizar, primero se debe identificar en qué punto la presión llega a un determinado valor, el cual sea peligroso para el sistema, y regular la válvula para reaccionar de forma rápida ante dicho escenario. Se debe recurrir a cálculos hidráulicos que permitan conocer aquellos puntos de la conducción donde las presiones son cercanas a la nominal de los productos usados, y a partir de eso identificar situaciones que puedan provocar la generación de un golpe de ariete.
Para evitar recurrir a usar la válvula de alivio, Díaz nos enseña cuatro puntos a tener en cuenta:
- Procurar realizar conexiones espaciadas, es decir, accesorios de unión no tan próximos uno del otro.
- Limitar la velocidad del fluido del sistema, menor o igual a 1 m/s en agua, y menor o igual a 5 m/s para aire.
- Utilizar válvulas de compuerta o globo para apertura y cierre, donde sea posible, en lugar de válvulas de corte.
- Ubicar estratégicamente manómetros (cerca de válvulas de apertura y cierre constante), para tener precisión en el control de presiones.
“Es recurrente hacer uso de esta válvula debido a que es autónoma. Ésta liberará de forma controlada una parte del fluido para proteger la línea de las presiones que pueden superar los niveles máximos para las que los elementos del sistema fueron diseñados. Luego de la liberación de la sobrepresión, la válvula vuelve a su estado inicial, se cierra, y se mantiene así mientras el fluido mantenga niveles iguales o inferiores a la presión seteada”, finalizó el experto.