Mientras la Iglesia Católica se prepara para elegir a su próximo líder, un cardenal africano empieza a destacarse entre los posibles sucesores.
Con la muerte del papa Francisco se abrió un periodo clave en el Vaticano: la sede vacante. En este contexto, el mundo vuelve su atención al próximo cónclave, donde 135 cardenales con derecho a voto elegirán al nuevo pontífice de la Iglesia Católica.
Uno de los nombres que más ha resonado en los pasillos del Vaticano es el del cardenal Peter Turkson, originario de Ghana. A sus 76 años, es considerado una figura influyente dentro del clero, con una trayectoria centrada en la justicia social, el cambio climático y los derechos humanos.
Turkson fue creado cardenal por Juan Pablo II en 2003 y ha ocupado cargos clave como la presidencia del Pontificio Consejo para la Justicia y la Paz, y más recientemente, como prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, designado por el papa Francisco. Además, domina seis idiomas y ha representado al Vaticano en foros internacionales como Davos.
El cónclave se llevará a cabo en los próximos días en la Capilla Sixtina, bajo estrictas normas de secreto. Para que un cardenal sea elegido papa, debe obtener al menos dos tercios de los votos. En esta elección, Peter Turkson podría hacer historia al convertirse en el primer papa africano de la era moderna, en un giro simbólico hacia la representación global de la Iglesia.
Junto a Turkson, otros candidatos también suenan con fuerza: Matteo Zuppi (Italia), Luis Antonio Tagle (Filipinas), Pietro Parolin (Italia), y figuras del ala conservadora como Willem Eijk y Raymond Leo Burke. Sin embargo, la experiencia, visión pastoral y perfil internacional de Turkson lo colocan en una posición destacada.
De confirmarse su elección, el Vaticano enviaría un poderoso mensaje de apertura a las regiones donde el catolicismo crece con más fuerza, como África y Asia, marcando así una nueva etapa en la historia de la Iglesia.
