Donald Trump presenta un ambicioso plan para revitalizar la industria naval, fortalecer la defensa con un nuevo escudo antimisiles y proponer la pena de muerte para quienes asesinen a policías. Reacciones encontradas en el Congreso.
En su última intervención, el presidente Donald Trump destacó su compromiso con la construcción del «ejército más poderoso del futuro», anunciando varias medidas destinadas a fortalecer la defensa y la seguridad de Estados Unidos. Entre las propuestas más destacadas, Trump mencionó la creación de una nueva oficina de construcción naval en la Casa Blanca, con el objetivo de revitalizar tanto la industria naval comercial como militar. «Ofreceremos incentivos fiscales especiales para que esta industria vuelva a EE.UU., donde debe estar», expresó el mandatario, subrayando su enfoque en recuperar la producción nacional.
En cuanto a la defensa, Trump solicitó al Congreso financiamiento para desarrollar un escudo antimisiles de última generación, inspirado en la famosa Cúpula de Hierro de Israel. «Todos los países deberían tener uno de estos dispositivos», afirmó, enfatizando la importancia de proteger a la nación de amenazas externas.
En el ámbito judicial, Trump presentó una propuesta que exige la pena de muerte obligatoria para quienes asesinen a oficiales de policía, una medida que ya fue parte de una orden ejecutiva que firmó previamente. «He firmado una orden ejecutiva que exige la pena de muerte obligatoria para cualquiera que asesine a un policía», afirmó el presidente, instando al Congreso a aprobar la política para fortalecer la protección de las fuerzas del orden.
Trump también solicitó fondos federales para implementar lo que describió como «la mayor operación de deportación en la historia de Estados Unidos», comparando su plan con las acciones tomadas por el presidente Dwight D. Eisenhower. «He enviado al Congreso una solicitud de financiación detallada que explique exactamente cómo eliminaremos estas amenazas, protegeremos nuestra patria y completaremos la mayor operación de deportación en la historia de Estados Unidos», indicó.
El discurso fue recibido con reacciones polarizadas en el Congreso. Los republicanos aplaudieron de manera enérgica, mientras que varios demócratas abandonaron la sesión en señal de protesta. El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, tuvo que intervenir en varias ocasiones para mantener el orden, y el congresista demócrata Al Green fue escoltado fuera del recinto tras manifestar su desacuerdo de forma vehemente. Las tensiones en el Capitolio reflejan la creciente división política en el país en torno a las políticas de Trump.