Las flores comestibles pueden ser una fuente natural de pigmentación y decoración para alimentos y bebidas.
Las flores comestibles han sido parte de la gastronomía en diversas culturas a lo largo de la historia. No solo aportan un toque estético a los platos, sino que también ofrecen una gama de sabores y nutrientes que pueden enriquecer nuestra alimentación. Desde las delicadas flores de calabaza, muy consumidas en México, hasta las fragantes flores de lavanda, estas maravillas de la naturaleza no solo son visualmente atractivas, sino que también poseen propiedades beneficiosas para la salud.
Para Daniel Chang, chef del hotel Hilton Garden Inn Lima Miraflores, las flores comestibles son más que una forma creativa, deliciosa y estética de disfrutar de los alimentos. De esta manera nos da a conocer algunos beneficios destacados de las flores en la gastronomía, aprovechando que estamos en la primera semana de la primavera:
- Nutrientes y antioxidantes: Muchas flores comestibles, como la flor de calabaza, la rosa y la lavanda, están cargadas de nutrientes como vitaminas, minerales y antioxidantes.
- Propiedades antiinflamatorias: Algunas flores, como la manzanilla y la menta, tienen propiedades que ayudan a reducir la inflamación en el cuerpo, aliviar problemas estomacales y promover una mejor salud digestiva.
- Colorante natural: Las flores también pueden ser una fuente natural de pigmentación para alimentos y bebidas, reduciendo la necesidad de colorantes artificiales y proporcionando una opción más saludable.
- Mejora del sabor, aroma y presentación: Las flores comestibles, como la lavanda, hibisco y jazmín, pueden añadir sabores y aromas únicos a los alimentos y bebidas como ensaladas, postres, tés y otros platos, haciéndolos más atractivos y agradables. Es por ello que son muy utilizadas en la cocina Gourmet.
- Propiedades curativas: Algunas flores, como la flor de hibisco y la flor de saúco, tienen propiedades medicinales tradicionales. Pueden ayudar a mejorar la circulación, reducir la presión arterial y apoyar el sistema inmunológico. Asimismo, puede tener un impacto positivo en el estado de ánimo ya que lo visual y aromático pueden brindar una sensación de bienestar y placer al comer.
Incorporar flores comestibles en la alimentación no solo realza el sabor y la presentación de los platos, sino que también conecta a los comensales con la naturaleza y sus diversos beneficios.
