El pasado martes, durante un allanamiento en la casa de uno de los recaudadores de fondos de la exalcaldesa de Lima, Susana Villarán, ella estaba disfrutando del verano en su piscina en Lurín.
En 2019, Villarán admitió haber recibido dinero de Odebrecht y OAS para financiar sus campañas contra la revocatoria y de reelección como alcaldesa de Lima. Según la Fiscalía, a cambio de estos fondos, Villarán otorgó a las empresas la concesión de los peajes Rutas de Lima y Línea Amarilla. Esta historia de impunidad parece no tener fin. Villarán, acusada principal de negociar con Odebrecht para operar peajes corruptos en la capital, está disfrutando de su verano en una lujosa piscina frente al mar.
Mientras tanto, miles de familias en el Cono Norte sufren para transitar debido a las tarifas abusivas impuestas por la concesionaria que Villarán ayudó a establecer. Villarán aprovecha los días calurosos para refrescarse en su piscina, como se puede ver en imágenes compartidas por Panorama.
Según la Fiscalía, Villarán lideró una red de corrupción y lavado de activos en la Municipalidad de Lima. Se le acusa de beneficiarse de contratos otorgados a Odebrecht y OAS, recibiendo más de 11 millones de dólares en sobornos.
Por estas acusaciones, el Ministerio Público solicitó una pena de 29 años de prisión, argumentando que el dinero ilícito se usó para financiar su campaña contra la revocatoria en 2013 y las elecciones municipales de 2014, con el fin de mantenerse en el poder.
En cuanto a Odebrecht, Villarán supuestamente benefició a la empresa al firmar el contrato de los peajes de Rutas de Lima. Con respecto a OAS, se afirma que Villarán extendió la concesión de los peajes de Línea Amarilla de 30 a 40 años al firmar una adenda.