- Cajamarca, Lambayeque, Tumbes, Ucayali, Áncash y Puno se suman a las cinco regiones que ya se encontraban en esta situación durante el trimestre previo.
- La economista de REDES, Mónica Muñoz-Nájar, señaló que Puno registró una de las caídas más fuertes con -13,4%. La cifra es similar al retroceso registrado durante el tercer trimestre del 2020, periodo afectado por la pandemia.
Según el INEI, 13 departamentos registraron una caída en su actividad económica durante el segundo trimestre, y en consecuencia 11 regiones del país se encuentran en recesión técnica. Cajamarca, Lambayeque, Tumbes, Ucayali, Áncash y Puno se sumaron a Ayacucho, Huancavelica, Junín, Lima y Tacna que ya enfrentaban esta situación desde enero a marzo.
La economista de la Red de Estudios para el Desarrollo (REDES), Mónica Muñoz-Nájar, señaló que una recesión técnica implica que las economías de estas regiones registraron dos trimestres consecutivos en caída; y si bien estos resultados son preocupantes, la especialista observó particularmente la situación de Ayacucho, Tacna y Huancavelica, que ya tienen un año o más en esta situación negativa.
“Los efectos de una caída de la actividad económica impactan en distintos indicadores socioeconómicos. El primero es el empleo, pues la menor producción implica menores oportunidades laborales; pero ello también significa que es más difícil combatir la pobreza. Justamente observamos que cuatro de las regiones con más pobreza se encuentran en recesión técnica: Cajamarca con 44,3% de pobreza, Puno y Ayacucho con 41%, y Huancavelica con 37%”, comentó Muñoz-Nájar.
Caídas se profundizan
El departamento que ha anotado una mayor caída ha sido Puno, que en el trimestre previo tuvo un retroceso de -9,6% y este se ha agudizado con una baja de -13,4%. Sus principales actividades económicas como la agricultura, comercio y construcción fueron afectadas por factores internos.
En palabras de la especialista de REDES, la cifra es comparable con la registrada en el tercer trimestre del 2020, periodo afectado por la pandemia y cuando la economía del departamento descendió -13,2%.
“Tras las protestas de inicios de año, Puno aún no muestra señales de recuperación; por el contrario, la situación se está agravando. Aunque el factor social se disipó, sus efectos continúan sintiéndose en el segundo trimestre. Además, ahora se ha sumado el impacto negativo ocasionado por las heladas y bajas precipitaciones. Hay que considerar que su actividad agropecuaria cayó en más del 30% al registrarse una menor producción de cebada, papa, quinua y alfalfa”, señaló Muñoz-Nájar.
En Tumbes se observa una situación similar, pues las lluvias intensas afectaron al desarrollo de su economía. Hubo una caída de -1,6% en el primer trimestre y ahora de -9,2%. En el mismo periodo, Lambayeque pasó de -1,5% a -5,3%. Lima enfrenta un panorama parecido, ya que ha sido afectada por la menor producción manufacturera por elaboración de harina y aceite de pescado. La caída de su economía departamental se acentuó al pasar de -0,4% a -2%.
Estos retrocesos en las economías regionales son más preocupantes cuando se consideran las potenciales consecuencias que traerá un Fenómeno El Niño, las cuales no permitirían una recuperación de la actividad económica. “Aunque el Ministerio de Economía y Finanzas ha previsto una recuperación para el segundo semestre, el riesgo que enfrentamos por la ocurrencia del fenómeno es elevado. A esto debemos añadir que Perú viene arrastrando un problema más estructural, que es el bajo nivel de inversión privada y sin el cual no se podrá retomar la senda de crecimiento”, indicó Muñoz-Nájar.
La especialista de REDES recordó que trabajar en atender estas necesidades de corto y mediano plazo repercutirá en que las brechas sociales –acceso a educación, agua, salud, entre otros– no se profundicen y afecten a más peruanos.