Las redes de pesca se aprovechan para producir prendas de vestir, artículos de deporte y más.
Fondo económico generado por este aprovechamiento contribuye al financiamiento del programa de formación de pescadores artesanales en Matarani, Arequipa.
Según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), alrededor de un millón de toneladas de redes de pesca se pierden en los océanos cada año, lo cual supone un impacto negativo en más de 557 especies marinas, incluyendo 66% de mamíferos marinos y 50% de aves marinas y tortugas marinas.
Frente a este riesgo, algunas empresas pesqueras industriales peruanas como TASA han firmado convenios de trabajo para reaprovechar las redes de pesca y generar fondos económicos destinados a financiar iniciativas con impacto social y ambiental, como es el caso de Cuidamar Artesanal, proyecto que viene desarrollándose en el desembarcado pesquero artesanal El Faro, en Matarani, (Arequipa) con la participación de 34 pescadores de la zona para el refuerzo de buenas prácticas de pesca.
Desde 2019, TASA ha trabajado junto a la iniciativa Bureo para convertir más de 350 toneladas de redes de pesca en materia prima para prendas o materiales de uso diario. Gracias a este trabajo es que se generan fondos que pueden ser usados para iniciativas de impacto social o ambiental.
“Trabajar de la mano con Bureo no solo nos ha permitido reducir la producción de un residuo como las redes de pesca, sino que permite que aún, en este contexto tan complicado como el Fenómeno del Niño que limita nuestras capacidades de pesca, sea posible seguir contribuyendo a proyectos con impacto social y ambiental”, explicó Ernesto Montagne, gerente Legal y de Asuntos Corporativos de TASA.
En ese sentido, Cuidamar Artesanal, una extensión del programa de sostenibilidad bandera de TASA, ganador del premio Latinoamérica Verde 2021, “Cuidamar”, busca convertirse en un proyecto de impacto socioambiental, que contribuirá a la formación a través del aseguramiento de permisos básicos y las buenas prácticas de pesca, como los procesos de liberación de especies.
El proyecto ha iniciado en julio del presente año y, para el desarrollo de su primera etapa, se ha diseñado un plan de intervención y formación a pescadores artesanales en temas de oceanografía, zonas de pesca, navegación, liberación de especies y otras buenas prácticas a fin de desarrollar capacidades y fortalecer conocimientos sobre una pesca sostenible. Para asegurar el éxito de estos procesos, el proyecto también cuenta con un eje de seguimiento y acompañamiento personalizado por parte de técnicos especialistas en temas de formalización del sector pesquero artesanal.
“Gracias a Cuidamar Artesanal afianzaremos un trabajo de gobernanza al integrar una comunidad de pescadores artesanales sensibilizados que apliquen buenas prácticas de pesca sostenible y cuidado del mar. Por su parte, continuaremos trabajado con Bureo y así asegurar un correcto destino para las redes de pesca.” Agregó Montagne.