- Según UNICEF, entre 2017 y 2022, en nuestro país se reportaron más de 74,400 casos de abuso a niñas, niños y adolescentes.
La desafortunada frase del Ministro de Educación, Morgan Quero, secundado por la Ministra de la Mujer, ha demostrado poca empatía frente al injustificable acto contra 500 niños víctimas de agresiones sexuales por sus maestros en Amazonas.
Frente a este caso, la psicóloga clínica de Surco Salud, Yobana Tarazona Cóndor, explica que las agresiones sexuales masivas son patrones de conducta de los agresores sexuales donde existen niveles de agresividad en general, hostilidad hacia las víctimas y presencia de elementos psicopáticos (ausencia de sintonía emocional con los otros e impulsividad).
Es importante saber que una agresión sexual es un delito y jamás será una práctica cultural, debido a diversas razones. La principal es que es una agresión contra la voluntad de una persona, en este caso, menores de edad sometidos bajo la figura de autoridad de sus docentes.
“En nuestro país no tenemos zonas culturales donde se acepte el abuso sexual contra niñas y niños; por el contrario, eso es un delito y no una práctica cultural. Hablamos de personas con diversos trastornos psicológicos como trastorno límite de la personalidad, trastorno histriónico con hipomanía, personas narcisistas, antisociales, agresivos-sádicos o, en algunos casos, con alguna dependencia al consumo de drogas”, mencionó la especialista en salud mental.
De acuerdo con cifras oficiales de UNICEF, entre 2017 y 2022 en nuestro país se reportaron más de 74,400 casos de abuso a niñas, niños y adolescentes. Esto equivale a un promedio de 34 casos diarios.
¿Qué consecuencias tiene una agresión sexual en menores de edad?
Recuperarse de una agresión sexual lleva tiempo y el proceso de sanación puede ser doloroso, pero con paciencia, esfuerzo y mucho trabajo, se puede recuperar el sentido del control, reconstruir la autoestima y aprender a sanar.
“Tener sentimientos de impotencia, vergüenza, defecto y autoculpabilidad son solo síntomas, no la realidad. No importa lo difícil que pueda parecer, con estos consejos y técnicas podrá aceptar lo ocurrido, recuperar su sensación de seguridad y confianza, aprender a sanar y continuar con su vida”, puntualizó.
La psicóloga de Surco Salud indica que es muy importante que durante el proceso de sanación se lleve terapia psicológica grupal e individual. También recuerda que cualquier actitud o reacción contraria al proceso de sanación es normal, debido a que se está experimentando una montaña rusa de emociones.
“Aunque las consecuencias a largo plazo podrían ser inciertas, hay una cierta correlación entre el abuso sexual sufrido en la infancia y la aparición de alteraciones emocionales o de comportamientos sexuales inadaptados en la vida adulta. Es significativo que los niños agredidos sexualmente se conviertan en abusadores cuando llegan a ser adultos, cobrando un papel importantísimo la familia, las relaciones sociales y la autoestima”, sostuvo.
¿Es posible prevenir un abuso sexual?
El trabajo por la prevención del abuso sexual es algo que se debe difundir para que las familias estén informadas.
“La manera más efectiva para prevenir estos casos es a través de la prevención primaria, es decir, antes de que ocurra. Para que los esfuerzos de prevención funcionen, estos tienen que combatir los factores de riesgo en todos los niveles: individual, en las relaciones, comunidad y sociedad”, señaló Yobana Tarazona, quien puntualiza algunas recomendaciones que se deben poner en práctica con los niños:
– Enseñar a nuestros niños los nombres correctos de las partes del cuerpo, identificando cuáles de estas partes son privadas.
– Abordar las temáticas de sexualidad (enseñar a los niños a decir no, hablar en casa sobre el abuso sexual).
– Crear un vínculo de confianza donde puedan expresar sus emociones y validarlas.
En un mundo donde existen normas sociales que apoyan la superioridad masculina y el derecho sexual, y donde la inferioridad de las mujeres y la sumisión sexual son constantes, especialmente en las zonas más vulnerables de nuestro país, es fundamental trabajar juntos para erradicar estas prácticas y proteger a nuestros niños. La educación, la concienciación y el apoyo psicológico son herramientas esenciales para combatir y prevenir el abuso sexual.