El acuerdo global busca proteger el 64 % del océano sin regulación ambiental. Permitirá al país acceder a tecnología marina, enfrentar la crisis climática y fortalecer la protección de su biodiversidad sin afectar su pesca ni sus aguas jurisdiccionales.
El Gobierno peruano firmó recientemente el Tratado de Alta Mar en el marco de la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos (UNOC 3), realizada en Francia. Este acuerdo internacional, también conocido como BBNJ (Biodiversidad Marina más allá de las Jurisdicciones Nacionales), representa un paso clave en la protección de la biodiversidad en aguas internacionales y abre nuevas oportunidades estratégicas para el país.
Según Jimpson Dávila, director de Gobernanza Marina de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA), el tratado busca proteger el 64 % del océano que hasta ahora no contaba con regulación ambiental. “Es un avance frente a una amenaza global. Cerca de 50 países ya lo han ratificado y alrededor de 130 lo han firmado”, destacó.
Dávila aclaró que este tratado no afecta la soberanía del mar peruano ni las actividades pesqueras dentro de las 200 millas, y respeta los acuerdos internacionales existentes. En particular, el artículo 3 del tratado precisa que se aplica únicamente fuera de las zonas jurisdiccionales, y el artículo 10 señala que no se aplica a la pesca regulada por el derecho internacional vigente. También subrayó que el acuerdo no compromete la situación jurídica de los países que no han suscrito la Convención del Mar (Convemar).
Cinco beneficios concretos para el Perú
El tratado abre una serie de oportunidades para el país, tanto en el plano ambiental como en el científico y tecnológico. Estos son los principales beneficios identificados por la SPDA:
- Protección de la biodiversidad marina: se establecerán evaluaciones de impacto ambiental para mitigar daños causados por actividades económicas y preservar especies vulnerables.
- Avances en ciencia y medicina: organismos marinos en aguas internacionales podrían aportar códigos genéticos únicos de alto valor para la investigación farmacéutica.
- Acceso a tecnología marina: el acuerdo impulsa la cooperación internacional y la transferencia tecnológica para conocer mejor los ecosistemas oceánicos.
- Respuesta frente a la crisis ambiental global: el tratado contribuirá a enfrentar el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación marina.
- Reconocimiento del rol del océano: como regulador del clima y proveedor de hasta el 80 % del oxígeno que respiramos, el océano ocupa un lugar central en la agenda ambiental.
Nuevos compromisos y liderazgo regional
Durante la conferencia, Perú anunció 19 nuevos compromisos voluntarios que consolidan su rol activo en la protección marina. Entre ellos destacan:

- Identificación de nuevas áreas marinas protegidas con la meta de conservar el 30 % del ámbito marino hacia 2030.
- Elaboración del Plan Maestro para la Reserva del Mar Tropical de Grau.
- Implementación de dispositivos de separación del tráfico marítimo para proteger la ruta migratoria de ballenas jorobadas.
También se enfatizó la necesidad de incluir a comunidades locales y pueblos indígenas en la gobernanza oceánica, reconociendo sus conocimientos ancestrales sobre los ecosistemas marinos.
Desde la anterior cumbre en Lisboa, Perú ha mostrado avances como la creación de la Reserva Nacional del Mar Tropical de Grau, la aprobación de la Política Nacional de Acuicultura y una expedición científica a la Antártida, reafirmando su compromiso con la cooperación ambiental y la investigación científica.
Para que el Tratado de Alta Mar entre en vigor, se requieren 60 ratificaciones. Hasta el 9 de junio, ya se han alcanzado 49, lo que hace posible su implementación en el corto plazo.