Con 62 votos a favor, el Congreso otorgó el voto de confianza al gabinete Arana. Las críticas no tardaron en llegar: “Es el mismo gabinete del fracaso”, denunciaron legisladores opositores.
En una nueva muestra del pacto de impunidad que sostiene al régimen de Dina Boluarte, el Congreso de la República aprobó este jueves 12 de junio el voto de confianza al gabinete liderado por Eduardo Arana, pese a estar conformado, en su mayoría, por los mismos ministros cuestionados del fallido equipo de Gustavo Adrianzén.
El respaldo fue mayoritario pero no contundente: 62 votos a favor, 30 en contra y 10 abstenciones. Con 102 parlamentarios presentes —28 de ellos conectados virtualmente—, el apoyo vino principalmente de Fuerza Popular, Alianza para el Progreso, Acción Popular y el Bloque Magisterial, los mismos actores que han sostenido al Ejecutivo a costa de su propia credibilidad.
Durante su presentación, Arana no solo evitó autocríticas, sino que lanzó una propuesta que encendió las alarmas: la creación de una comisión para evaluar la salida del Perú de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, un gesto interpretado por amplios sectores como un intento de blindar futuras violaciones de derechos humanos.
Reacciones: del rechazo frontal a la indignación
Las reacciones no tardaron. Edward Málaga calificó la decisión como una “burla” al país. “¿Qué nos dan a cambio? El mismo gabinete reciclado. Se premia a Adrianzén, vienen con dos ministros interpelados y aún así se les otorga la confianza”, cuestionó.
Por su parte, Patricia Chirinos fue aún más directa: “Que no escondan la cabeza cuando vean que nada cambió. Sabían perfectamente a quién estaban respaldando”, escribió en su cuenta de X.
Desde la izquierda, Sigrid Bazán denunció que se trata de un “gabinete de la impunidad y la incapacidad” que solo repite “caras, errores y fracasos”. Y Silvana Robles fue más allá: “Este es un gobierno sin presidenta, sin rumbo y sin legitimidad. Fuerza Popular y sus satélites son los que lo sostienen”.
Mientras tanto, Arana agradece el voto recibido y promete cambios con las mismas caras de siempre. Una jugada que en el papel habla de renovación, pero en los hechos es continuidad pura y dura de un modelo agotado.
