Se trata del “Expediente seguido contra Francisco Zárate, alias Rey del Monte, y sus cómplices por actos criminales en Lima (1814-1827)”.
El Ministerio de Cultura declaró Patrimonio Cultural de la Nación al “Expediente seguido contra Francisco Zárate, alias Rey del Monte, y sus cómplices por actos criminales en Lima (1814-1827)”, custodiado en el Fondo Histórico para la Investigación Judicial del Poder Judicial – Corte Suprema de Justicia.
Este documento presenta una serie de valores como histórico, social y documental, y que, se encuentran relacionados a la identificación de su autenticidad, antigüedad, en su contenido, siendo considerado una fuente primaria de información.
El valor histórico es porque contiene testimonio o evidencia de cambio en un acontecimiento o periodo histórico, pues se produjo en un contexto de transición del Virreinato a la República. Este tuvo impacto en las instituciones que administraban justicia, pues la Real Audiencia de Lima, establecida en 1543, fue reemplazada por la Suprema Corte de Justicia instituida en 1825.
De esta manera, parte de las funciones de la Suprema Corte de Justicia fue la de recoger las consultas de los jueces o tribunales sobre ciertas leyes, algunas de las cuales debían aplicarse a procesos judiciales que fueron elevados ante la Real Audiencia. Incluso una sentencia podía depender de otros factores.
Este es el caso de Adrián Pacheco, cómplice de Francisco Zárate, quien huye en 1815 antes de ser juzgado, y que en 1827 se salva de la pena de muerte gracias a su participación en la gesta independentista. Por ese entonces, la pena capital del ahorcamiento había sido reemplazada por la pena de muerte por fusilamiento.
Además, este documento histórico permite conocer las instancias procesales donde se lleva a cabo la causa criminal de Francisco Zárate y sus compañeros de asalto, como el Juzgado de la Santa Hermandad para los que cometían delitos fuera de la ciudad y la Real Audiencia como “instancia de opinión” durante el Virreinato; y la Suprema Corte de Justicia en la República.
Respecto al valor documental de este expediente, es la investigación histórica, porque se trata de un auto criminal voluminoso y rico en detalles acerca de un personaje conocido a fines del Virreinato, por ser uno de los asaltantes de caminos más temidos de la época, que actuaba con un grupo de bandoleros a su mando.
Su memoria en el imaginario popular trascendió hasta fines del siglo XIX, cuando Ricardo Palma lo inmortalizó en sus famosas Tradiciones Peruanas.
Finalmente, el valor social de este documento declarado Patrimonio Cultural, refleja las relaciones e interacciones sociales de los esclavos fugitivos del valle de Lurín y de otros lugares como Huachipa, Huampaní o La Rinconada, particularmente de los que cometían asaltos en los caminos; y de los esclavos que trabajaban en las haciendas y chacras.
En una sociedad colonial, existían esclavos que sufrían el maltrato brutal de sus amos, y también estaban aquellos que empleaban el bandolerismo y los asesinatos para infundir terror en las personas que se cruzaban en su camino, como lo hizo Francisco Zárate y sus cómplices, quienes no pasaban de los 30 años de edad.
Este documento permite comprender la compleja relación que había entre los esclavos de las haciendas, sus administradores y otras castas. La declaratoria se realizó a través de la Resolución Viceministerial N.º 040-2025-VMPCIC/MC.