Gracias a la articulación entre el Programa Nacional Gratitud y RENIEC, una persona adulta mayor recibió por primera vez su DNI.
En un emotivo acto realizado en el Centro de Atención Residencial Sagrados Corazones en San Isidro, Octavila Allahua Canaval, cuzqueña de 72 años, recibió por primera vez su Documento Nacional de Identidad (DNI), devolviéndole oficialmente su nombre y parte de su historia, en un acto que no solo marcó el cierre de un largo y complejo proceso de identificación, sino que también simbolizó la restitución de su derecho a una identidad reconocida.
“Reafirmamos nuestro compromiso de continuar trabajando por los derechos de todas las personas, en especial de las poblaciones vulnerables, para que ninguna vida quede en el anonimato. Seguiremos impulsando acciones que garanticen la igualdad, el reconocimiento y la inclusión de todas las personas, sin excepción”, afirmó la titular del MIMP, Teresa Hernández.
Este logro fue posible gracias a la coordinación entre el Programa Nacional Gratitud y el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (RENIEC). “Ustedes son su nueva familia y, por primera vez en su vida, tiene un DNI proporcionado por la RENIEC. Octavila llega a integrarse y será una amiga más de ustedes, bienvenida a tu nueva familia”, señaló Martha Moquillaza, Directora Ejecutiva del Programa Nacional de Servicios Especializados Gratitud del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP), durante el evento.
Karim Pardo Ruiz, directora de la Restitución de la Identidad y Apoyo Social de la RENIEC, destacó la importancia de la colaboración interinstitucional: “Es un acto de bondad, de amor, donde varias instituciones del Estado nos hemos unido para hacer de este un día especial”, manifestó.
Juntos por la Identidad
El proceso que culminó con la entrega de su DNI, comenzó en el 2022, cuando un ciudadano solicitó ayuda al entonces servicio Mi60+ (actual Programa Nacional Gratitud) tras encontrar a una adulta mayor en San Juan de Lurigancho, a quien identificó como su supuesta madre, dándole el nombre de Lorenza.
Con el pasar del tiempo una prueba de ADN confirmó que Lorenza no era su madre de dicho ciudadano, retomándose el caso a fin de ser trasladada al Centro de Atención Residencial Sagrados Corazones administrado por el Programa Nacional Gratitud. Fue aquí donde la intervención de RENIEC resultó fundamental, permitiendo finalmente que Lorenza mujer quechuhablante recupere su identidad, como Octavila Allahua Canaval.
Este caso ejemplifica el compromiso del Programa Nacional Gratitud del MIMP y RENIEC en la defensa de los derechos de las personas adultas mayores, especialmente de aquellas en situación de vulnerabilidad, y reafirma la importancia de la coordinación entre entidades públicas para garantizar el acceso a la identidad y la dignidad de los ciudadanos.