LSM, el equipo creado por las dos leyendas del fútbol mundial, promete ser más que un club: busca transformar la formación deportiva y social desde las bases.
El fútbol uruguayo acaba de vivir un terremoto histórico. Lionel Messi y Luis Suárez, dos de los máximos referentes del balompié mundial, anunciaron la creación de LSM, un club fundado por ambos con el objetivo de competir desde la Divisional D —la cuarta categoría de la AUF— y construir un proyecto integral que cambie las reglas del juego.
El anuncio se hizo a través de sus redes sociales, donde presentaron oficialmente al club y compartieron detalles del sueño que —según contaron— viene gestándose desde 2018. En aquel año, Suárez comenzó a trabajar en un centro deportivo de alto nivel en Uruguay. Para 2022, el lugar ya funcionaba como espacio de entrenamiento para juveniles y aficionados. Hoy, ese complejo será la sede de LSM, la base de operaciones de una iniciativa que busca ir más allá del resultado deportivo.
“Quiero brindarle al fútbol uruguayo las oportunidades que merece”, declaró emocionado Suárez, dejando en claro que el proyecto tiene una dimensión humana y social tan importante como la futbolística. Pero lo más sorpresivo del evento fue la revelación de que Messi sería parte activa del club. “Invité a mi amigo para que se una al proyecto”, dijo Suárez antes de que el campeón del mundo apareciera en escena. “Estoy muy contento de sumarme y espero aportar todo lo que pueda”, señaló Messi con entusiasmo.
LSM no será solo un equipo buscando ascender en el fútbol uruguayo. Será también una plataforma formativa con énfasis en el desarrollo integral de niños y jóvenes, combinando educación, contención social y entrenamiento de alto rendimiento. Una visión que apunta a romper los moldes tradicionales del fútbol base.
En los próximos días se anunciarán el cuerpo técnico, el equipo directivo y los primeros pasos concretos del club. Pero desde ya, la revolución está en marcha. Y no viene con promesas vacías: viene con el sello de dos leyendas que decidieron construir, desde abajo, un legado que trascienda los goles.