La precandidata denuncia una red criminal enquistada en “Primero la Gente” que habría falsificado miles de firmas para inscribirse ante el JNE.
La política peruana vuelve a apestar a fraude. Marisol Pérez Tello, precandidata presidencial por el partido “Primero la Gente”, presentó una denuncia formal ante la Sexta Fiscalía Provincial Penal Corporativa de Lima revelando una bomba: dentro de su propia organización existiría una red criminal dedicada a la falsificación de firmas para burlar al Jurado Nacional de Elecciones (JNE) e inscribirse en la carrera electoral del 2026.
Según el documento entregado al Ministerio Público, se habría utilizado información personal de ciudadanos sin su consentimiento y se habrían falsificado miles de firmas. La denuncia describe una serie de delitos que configuran un patrón mafioso: tráfico ilegal de datos personales, fraude informático agravado, falsificación de documentos, suplantación de identidad y hasta organización criminal.
Aunque ni el fundador del partido, Miguel del Castillo, ni el personero legal, Marco Zevallos, firmaron la denuncia, esta sí fue suscrita por cuatro militantes, entre ellos Susana Chávez, quien aseguró que el acto cuenta con el respaldo interno de la organización.
Pero la fiscalía no tardó en actuar. El Tercer Despacho de la Segunda Fiscalía Penal Corporativa de Lima ha iniciado diligencias preliminares contra Marco Antonio Zevallos, personero legal de “Primero la Gente”, por el presunto uso de documentos falsos. La fiscal Patricia Miranda Gamarra encabeza la investigación, tras revelarse que al menos 6 000 firmas fraudulentas habrían sido entregadas al JNE.
El Ministerio Público confirmó a través de su cuenta oficial en X que se investigará la responsabilidad penal de Zevallos y otros implicados, en lo que podría ser una red organizada para pervertir la voluntad ciudadana y violar las reglas del juego democrático.
“Primero la Gente” se enfrenta ahora no solo a una crisis de credibilidad, sino a una posible desactivación si se comprueba que su inscripción se basó en un fraude estructural. La política peruana, una vez más, al borde del abismo.