Por Antero Flores-Araoz
Hace muy poco ha fallecido en Italia, cercano a los cien años, el gran tenor Luis Alva Talledo, más conocido en el mundo internacional de la lírica como Luigi Alva, quien además en los hechos fue embajador cultural del Perú en el mundo y por décadas.
El Perú, país que lo vio nacer y los peruanos que disfrutamos de su arte, somos desmemoriados y desagradecidos, pues salvo algunas pequeñas remembranzas, penoso silencio, cuando deberíamos estar haciendo homenajes artísticos en los Teatros Municipal y Segura, que en múltiples oportunidades lo acogió y que incluso en coordinación con Ivonne Garreau, directiva de Prolírica, condujeron espectáculos de talla mundial.
El Ministerio de Cultura debería hacer lo propio, más cuando tiene adscrito a ése Sector a Radio y Televisión Peruana, conductores de Radio Nacional y Canal Siete, que deberían retransmitir algunos programas en que participó nuestro insigne tenor, que hasta en los primeros años que estudió en La Salle, ya destacaba en su precoz vocación artística.
Es bueno expresar que recibió formación lírica con doña Rosa Mercedes Ayarza de Morales, principalmente en su casa del Jirón Moquegua en el centro de Lima, en donde también interactuó con los grandes de la lírica nacional como Alejandro Granda, Lucrecia Sarria, Edmundo Pizarro, Teresa Bolívar, y Teresa Guedes, entre otros muchos, con la colaboración al piano de Graciela Ayarza. La casa en cuestión puede ser visitada ya que se encuentra refaccionada por la Municipalidad Metropolitana.
E n 1953, con la cooperación de una empresa petrolera de aquel entonces y un subsidio estatal otorgado por el Presidente de la República de aquella época, viajó nuestro gran tenor a Italia a seguir con su perfeccionamiento vocal, su vena artística y su predilección y vocación por la ópera, que lo llevó a grandes escenarios como la Scala de Milán, el Covent Garden, el Colón de Buenos Aires, el Bolshói de Rusia y la Ópera de Viena.
Luis Alva estuvo casado con Ana María Zanetti, que siempre lo estimuló y que, siendo tal tenor tremenda y evidentemente inclinado a la ópera, no dejó de apoyar la opereta como también la zarzuela, estos últimos géneros también auspiciados por doña Rosa Mercedes Ayarza e, incluso en las presentaciones de la compañía de zarzuelas de Faustino García, recalaban sus integrantes en los famosos “choclones” de la casa de los Morales-Ayarza.
Tenemos también que sentirnos orgullosos, pues la gran obra artística de Luigi Alva, no termina con él pues tenemos a otros grandes maestros de la lírica como Juan Diego Flórez e Iván Ayón Riva. El primero de ellos, pese a su juventud ya es un exponente mundial y muy exitoso de la ópera, debiéndose informar que su señor padre, también concurría a los eventos de doña Rosa Mercedes. Ayón no se queda atrás y cada vez se escucha más su nombre. Terminemos con la ingratitud y con el olvido, debiendo ser un deber patriótico destacar y recordar a nuestros compatriotas que han dejado y dejan muy en alto el nombre de nuestro querido Perú.