Las billeteras electrónicas como Yape y Plin han ganado popularidad, permitiendo a los consumidores realizar pagos rápidos y seguros sin necesidad de tarjetas bancarias.
Lima, Arequipa, Trujillo y Cusco lideran el uso de plataformas digitales para la compra de útiles escolares, permitiendo a las familias comparar precios, acceder a descuentos exclusivos y optimizar su presupuesto y tiempo familiar, aseguró Patricia Rojas, gerente de innovación estratégica de Caja Piura.
Con el 74.7% de los peruanos conectados al internet según el Informe de Data Reportal 2024, el comercio digital se ha convertido en una herramienta clave para facilitar, informar, ayudar a decidir a los padres de familia en sus compras y también representan una excelente oportunidad para los emprendedores y pequeños negocios.
Rojas, destaca que adaptarse a este entorno es fundamental y recomienda:
- Tener presencia online es esencial, ya que las redes sociales y marketplaces ofrecen una vitrina clave para llegar a más clientes.
- El comercio digital permite llegar al público adecuado en cualquier momento y lugar, lo que incrementa las ventas en la campaña escolar.
- La educación financiera también es clave para los emprendedores que usan plataformas digitales, asegurando que manejen su flujo de caja, controlen los gastos y optimicen sus recursos.
Las billeteras electrónicas como Yape y Plin han ganado popularidad, permitiendo a los consumidores realizar pagos rápidos y seguros sin necesidad de tarjetas bancarias y accediendo a ofertas exclusivas disponibles en plataformas digitales, lo que optimiza aún más su compra.
Caja Piura apoya a las familias con su Crédito al Toque, una opción rápida y flexible para financiar las compras escolares, permitiendo a los padres acceder a financiamiento inmediato con cuotas adaptadas a su capacidad de pago y facilitando la adquisición de útiles sin comprometer el presupuesto familiar.
Patricia finalizó indicando que las regiones como Puno y Ucayali enfrentan más dificultades para aprovechar estos beneficios, con un acceso limitado a internet y una menor infraestructura tecnológica que dificultan las compras online para los padres en estas zonas.
