Plataformas digitales y redes sociales también han facilitado la comercialización de estos productos.
El 2024 cerró con la destrucción de más de 10 toneladas de medicamentos ilegales incautadas en el Perú, revelando la magnitud del comercio ilegal de fármacos en nuestro país. Jarabes, cápsulas, inyectables y hasta maquinaria clandestina de producción fueron hallados en operativos que exponen la sofisticación de las redes criminales que lucran con la salud de los peruanos. Mientras tanto, las ventas informales de medicamentos en mercados y redes sociales siguen en aumento, exponiendo a la población a productos adulterados, sin registro sanitario y potencialmente mortales.
“La falsificación de medicamentos no solo es un problema de salud, sino también de seguridad pública. Estamos viendo cómo las mafias perfeccionan sus métodos, lo que hace más difícil detectar estos productos ilegales sin tecnología avanzada”, señala el Dr. Carlos Aliaga, miembro del Comité Médico de ALAFAL.
Riesgo creciente para la salud púbica
Los operativos realizados en el 2024 han revelado que las redes de falsificación de medicamentos en Perú operan con una infraestructura cada vez más sofisticada. Además de incautar fármacos adulterados, vencidos y sin registro sanitario, las autoridades han detectado centros clandestinos de producción, donde los falsificadores utilizan etiquetas fraudulentas, frascos reciclados y maquinaria artesanal para replicar medicinas de alto consumo.
El problema no se limita a la capital. Regiones como Tumbes, Madre de Dios, Loreto, Puno y Tacna han sido identificadas como zonas críticas para el tráfico de medicamentos falsificados, con boticas clandestinas operando sin control. Asimismo, las Direcciones Integradas de Salud (DIRIS) de Lima Norte, Lima Este, Lima Sur y Lima Centro registran una alta presencia de productos farmacéuticos falsificados.
Plataformas digitales y redes sociales también han facilitado la comercialización de estos productos, permitiendo que lleguen directamente a los hogares sin ningún tipo de control. Según estudios del Instituto Nacional de Salud, el 71.7% de los casos de comercialización de medicamentos falsificados en Perú entre 2015 y 2019 ocurrieron en Lima Metropolitana.
Las autoridades han señalado que el tráfico de medicamentos falsificados en Perú está vinculado a redes de crimen organizado, que no solo operan dentro del país, sino que también importan productos de procedencia desconocida desde el extranjero. En muchos casos, estos fármacos contienen sustancias peligrosas o ingredientes inactivos, lo que agrava el riesgo para los pacientes.
«El peligro radica en que estos productos pueden contener sustancias tóxicas, desde fécula de maíz hasta veneno para ratas. Su consumo puede ser ineficaz en el mejor de los casos o, en el peor, mortal», advierte el Dr. Aliaga.
En el contexto latinoamericano, se estima que el 30% de los medicamentos comercializados en América Latina son falsificados, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS). Países como México, Brasil y Colombia son puntos críticos debido a la falta de regulación y el crecimiento del mercado negro.
A nivel mundial, el tráfico de medicamentos falsificados es una de las industrias criminales de más rápido crecimiento, generando entre 200,000 y 432,000 millones de dólares al año. Se estima que más de 500,000 personas mueren anualmente debido al consumo de estos productos.
La falsificación ya no se limita a medicinas básicas; actualmente, se han detectado copia
s de tratamientos contra el cáncer, diabetes y antibióticos, lo que está generando un incremento en la resistencia antimicrobiana y complicando la lucha contra infecciones.
Impacto en la salud pública y economía
- Muertes y enfermedades: Medicamentos falsificados pueden agravar enfermedades en lugar de curarlas.
- Resistencia a los antibióticos: La OMS alerta que si esta crisis no se controla, para 2050 podría haber 10 millones de muertes anuales.
- Pérdidas económicas: Los países de ingresos bajos y medianos gastan más de $30,500 millones al año en medicamentos falsificados, debilitando sus sistemas de salud.
¿Cómo protegerse?
- Adquirir medicamentos sólo en farmacias y boticas formales.
- Evitar la compra de medicamentos en mercados informales y redes sociales.
- Verificar que el empaque sea original y tenga registro sanitario.
- Dudar de precios demasiado bajos y de ofertas sin receta médica.
- Denunciar farmacias sospechosas ante las autoridades sanitarias.
“El único camino para frenar este mercado ilegal es la regulación estricta, campañas educativas y el fortalecimiento del control de calidad en la distribución de fármacos. Como profesionales de la salud, hacemos un llamado urgente a la población para que no arriesgue su bienestar por precios bajos y promesas engañosas”, finaliza el Dr. Carlos Aliaga, de ALAFAL.