América Latina es una de las regiones que más sufrirá los embates de El Niño Global, en especial Centroamérica y el Noreste de Sudamérica. La alteración de los patrones climáticos llega con profundos cambios en los rendimientos agrícolas, lo que ocasionaría perturbaciones en la producción de alimentos y efectos adversos en los resultados económicos y la seguridad alimentaria de la región. Según el Centro de Predicción del Clima de Estados Unidos, las probabilidades de un verano 2024 con un fenómeno fuerte han aumentado al 71% debido al calentamiento inusual del Pacífico.
Ante la grave situación, la organización humanitaria Acción contra el Hambre ha lanzado el Boletín Temático Fenómeno El Niño en Latinoamérica, una publicación que alerta y visibiliza las necesidades apremiantes de los territorios donde trabaja, aplicando soluciones innovadoras para monitorear la temporada agrícola en territorios donde no se obtiene datos fácilmente. El nuevo sistema de gestión de información combina datos satelitales de territorios afectados, información sobre variables vinculadas con la seguridad alimentaria procedentes de gobiernos u organizaciones internacionales
Asimismo, el documento brinda información obtenida a través de encuestas, denominado PREDISAN. El uso de esta herramienta permitió valorar que entre una cuarta parte y la mitad de la población que se dedica a la agricultura en el Corredor Seco Centroamericano se encontraría en una situación de emergencia.
El informe también da alcances del aumento de las lluvias torrenciales en países tropicales, que aumentará el riesgo de plagas y enfermedades de cultivos, tras el impacto económico y la inseguridad alimentaria. El Niño incrementará las epidemias que afectarán a los habitantes, como ya están experimentado en Perú con la epidemia de dengue y problemas gastrointestinales. Así lo advierten desde la organización humanitaria.
“El consumo de agua no apta contiene patógenos, bacterias y virus. Ante una emergencia, la población puede verse en la necesidad de consumir agua de este canal que no está tratada, y fácilmente al consumirla van a contraer enfermedades gastrointestinales o relacionadas con la piel o respiración”, sostiene Josué Porras, especialista de Agua y Saneamiento de Acción contra el Hambre.
¿Cómo trabaja la ayuda humanitaria en el norte del Perú?
Como se conoce, las regiones de Tumbes, Piura y Lambayeque fueron las principales afectadas con plagas e infecciones como el dengue, zika, leptospirosis y la chikunguña, todas agravadas por El Niño. En respuesta, Acción contra el Hambre procura ayudar a 63.300 personas al cierre del año. La organización priorizó la atención con abastecimiento de alimentos a organizaciones comunales y a familias, insumos de higiene personal y campañas de prevención de enfermedades vectoriales, también fue necesario proveer de sistemas de almacenamiento de agua, construcción y rehabilitación de los sistemas de saneamiento.
«Cuando llegamos a Piura, con la emergencia de El Niño Costero y el ciclón ‘Yaku’, encontramos una cantidad bastante elevada de niños con desnutrición crónica e incluso casos de desnutrición aguda, hace años que la desnutrición aguda ya no estaba en Perú y nos la hemos vuelto a encontrar», expresa América Arias, directora de Acción contra el Hambre en Perú.
Con lo avanzado en Perú y otros países de la región durante el primer semestre del año, la ayuda humanitaria internacional espera convocar más aliados que contribuyan mitigar los diversos impactos del Niño Global en lo que queda del 2023. Esperan que más gobiernos, empresas e instituciones apoyen desde sus sectores para atender a 557.800 personas.