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El 50% de niñas y adolescentes siente vergüenza al hablar de la menstruación ¿Cómo derribar estos tabúes?

La menstruación es un proceso biológico natural que presenta casi la mitad de la población mundial, según el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA). Sin embargo, sigue siendo un tema tabú en muchas culturas, lo que perpetúa la desinformación y la discriminación. Garantizar el derecho a una menstruación digna no solo es una cuestión de justicia y equidad, sino también una necesidad de salud pública.

Según un estudio de Plan International realizado en 24 escuelas de Carabayllo, San Juan de Lurigancho y Villa El Salvador, solo un 33% de las niñas se sienten seguras manejando su higiene menstrual. Del 67% restante, el 42% de las niñas y adolescentes sienten vergüenza al hablar de la menstruación con sus familias y docentes, mientras que el 53% con sus amistades. “Esta falta de confianza puede conducir a situaciones de vergüenza, discriminación y exclusión social, lo que perpetúa las desigualdades de género”, señala Stephania Lozano, coordinadora de proyecto de Plan International.

La especialista sostiene que el derecho a una menstruación digna implica acceso a productos menstruales seguros y asequibles, instalaciones sanitarias adecuadas y, sobre todo, a una educación sostenida sobre salud menstrual. Esto permite a las niñas vincularse con otros derechos fundamentales, como la salud, la educación y la igualdad de género, donde también se incluyan a los niños y hombres en la conversación. A través de ello, se rompen los estigmas y se fomenta una cultura de apoyo y comprensión.

Aquí algunas recomendaciones para romper los tabúes sobre la menstruación:

  1. Educación inclusiva: Es fundamental que las escuelas incluyan información sobre la menstruación en sus programas de estudio. Esto debe hacerse de manera inclusiva, abordando tanto aspectos biológicos como sociales e incluyendo a hombres y niños en las conversaciones.
  2. Diálogo abierto: Fomentar conversaciones abiertas y honestas sobre la menstruación en el hogar y la escuela, creando un ambiente donde todas las personas se sientan cómodas y preparadas para abordar el tema sin vergüenza ni estigma.
  3. Acceso a información: Proporcionar materiales educativos accesibles y precisos sobre la menstruación, como folletos, libros y recursos digitales, para que las personas puedan informarse y desmitificar el tema.
  4. Apoyo emocional: Es crucial brindar apoyo emocional a las niñas y jóvenes que experimentan la menstruación, promoviendo la empatía, la comprensión y la solidaridad entre géneros. Además, las campañas de sensibilización y los talleres educativos pueden ser beneficiosos para madres y padres.
  5. Participación de hombres: Involucrar a hombres y niños en las conversaciones sobre la menstruación, promoviendo la comprensión de que es un proceso natural y normal en la vida de las mujeres y niñas.

Al implementar estas recomendaciones, se puede trabajar en conjunto para romper los tabúes y estigmas en torno a la menstruación. Este enfoque integral busca crear una cultura de aceptación, apoyo y comprensión para todas las personas, independientemente de su género, edad o contexto cultural.

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