Los cardenales que no pueden desplazarse hasta la Capilla Sixtina dependen de asistentes para emitir su voto.
El último cónclave en el Vaticano culminó, un evento cargado de solemnidad, secreto y tradición que capta la atención mundial cada vez que la Iglesia Católica elige a un nuevo Papa. Pero, en una era donde la transformación digital alcanza todos los rincones de la sociedad, Desde Evoting surge la pregunta : ¿qué pasaría si este proceso tan ancestral se digitalizara?
Desde el expertis de Evoting en innovación y digitalización de procesos electorales, resulta inevitable imaginar cómo la tecnología podría impactar una elección tan significativa como la del Sumo Pontífice.
“Actualmente, los cardenales votan escribiendo a mano el nombre de su candidato en una papeleta, y si nadie alcanza la mayoría de dos tercios, el proceso se repite día tras día. La introducción de un sistema de votación electrónica podría agilizar drásticamente esta dinámica, permitiendo emitir y contar votos de manera instantánea y segura, reduciendo el tiempo hasta lograr consenso” agregó Felipe Lorca, Gerente General de EVoting startup que ha realizado más de 3.000 procesos electorales en su historia.
Además, la digitalización podría resolver un antiguo dilema del proceso: el riesgo del autovoto. Aunque está prohibido que un cardenal vote por sí mismo, no existe un mecanismo completamente infalible para impedirlo. Un sistema electrónico podría incluir filtros automáticos que lo impidan, sin comprometer el secreto del voto.
“Otro punto sensible es la confidencialidad. Hoy se recomienda que los cardenales escriban con una caligrafía irreconocible, ya que su letra podría ser identificable. Con la tecnología adecuada, como la criptografía avanzada, el anonimato podría garantizarse sin margen de error, reforzando la seguridad del proceso” agregó Lorca.
Incluso la participación podría ampliarse. Actualmente, los cardenales que no pueden desplazarse hasta la Capilla Sixtina dependen de asistentes para emitir su voto. Una solución digital podría permitirles participar de forma remota, con los más altos estándares de seguridad, respetando su derecho al voto sin poner en riesgo su salud ni la integridad del proceso.
Es entendible el profundo simbolismo y tradición que representa el cónclave tal como se lleva a cabo. No obstante, plantear su digitalización no busca romper con esa herencia, sino reflexionar sobre cómo los valores de agilidad, seguridad y transparencia también pueden ser parte de un proceso tan sagrado como moderno.