En la era digital, donde los dispositivos electrónicos y redes sociales ocupan gran parte del tiempo de los niños, es crucial que los padres encuentren formas creativas de fortalecer su conexión emocional a través del juego. Según la Asociación Americana de Pediatría, los niños en edad preescolar miran en promedio 4 horas y media al día la televisión, por lo que la organización resalta la importancia del juego como una herramienta poderosa para construir recuerdos duraderos y vínculos emocionales sólidos con los hijos.
En línea con lo anterior, Nancy Solis, Gerente Comercial de Happyland, la cadena de entretenimiento familiar con más de 25 años creando momentos inolvidables, como parte de su campaña «Las tardes son más divertidas en Happyland» por el inicio de las clases escolares, comparte cuatro consejos para que los padres aprovechen el juego y fortalezcan el vínculo emocional con sus hijos.
- CREA UN DÍA DE JUEGOS: Establecer un día específico de la semana dedicado exclusivamente al juego creará una tradición que los niños esperarán con ansias. Esto fortalecerá los lazos familiares y brindará una pausa de las agendas ajetreadas. Durante este día, desconéctese de dispositivos electrónicos y sumérjase completamente en actividades lúdicas juntos, ya sea salir a un centro de entretenimiento, hacer deportes, manualidades o simplemente dejar volar la imaginación.
- ÚNETE A SU MUNDO IMAGINARIO: Permite que tus hijos tomen la iniciativa y elijan el juego, dándoles la libertad de expresar sus preferencias. Esto fomentará su autonomía, creatividad y autoestima, además de reforzar el vínculo emocional al demostrar respeto y validación. Participar en su juego simbólico, asumiendo roles y creando historias juntos, nutre su desarrollo cognitivo y emocional, fortalece la empatía, comunicación y comprensión mutua.
- EL JUEGO COMO DESAFÍO Y TERAPIA: Incorporar elementos de pensamiento crítico y resolución de problemas en el juego lo hace más emocionante y promueve el desarrollo de habilidades cognitivas clave. Prueba desafíos lúdicos, como rompecabezas, juegos de estrategia o inventar reglas y escenarios que requieran la resolución creativa de problemas. Además, el juego ayuda también como terapia mental. Según UNICEF, los niños que juegan habitualmente junto a sus padres tienen menos probabilidades de padecer ansiedad, depresión, agresividad y trastornos del sueño.
- TRANSFORMA EN JUEGO LO RUTINARIO: Las tareas domésticas no tienen porqué ser aburridas y tediosas. Conviértelas en una aventura lúdica al agregar elementos de juego. Por ejemplo, crea una competencia amistosa de quién puede doblar la ropa más rápido o crear un sistema de puntos para recompensar la ayuda en las tareas. Así las tareas serán más entretenidas y enseñarás responsabilidad y trabajo en equipo de manera positiva.
«Cada momento de juego compartido es una oportunidad para fortalecer el vínculo emocional con nuestros hijos y crear recuerdos duraderos en un ambiente de diversión familiar», reflexiona Nancy Solis, Gerente Comercial de Happyland. «A través de actividades lúdicas, no solo creamos recuerdos inolvidables, estamos nutriendo su desarrollo cognitivo y emocional. Un recordatorio poderoso de que el juego no solo es divertido, sino que también es una forma valiosa de conectar con nuestros hijos y fomentar el amor y confianza en el hogar”.