Un informe de NTT DATA, Ciber Inteligencia en Amenazas, muestra que el crecimiento en el número de amenazas mantiene un ritmo acelerado. Ante este panorama, resulta esencial desarrollar la capacidad de dar respuesta a un eventual incidente.
La prevención seguirá siendo uno de los pilares de la ciberseguridad, pero, en simultáneo, se vuelve cada vez más importante la capacidad de dar respuesta a un incidente: ese es el foco del concepto de ciber resiliencia.
El número de ataques cibernéticos esperados para la segunda mitad de 2024 crecerá un 39%, de acuerdo al Informe de Ciber inteligencia de Amenazas elaborado por NTT DATA. Además, son cada vez más sofisticados, frecuentes y difíciles de detectar. Esto implica que ninguna organización está exenta de sufrir uno.
La ciber resiliencia prepara la organización para actuar durante y después de un incidente. Para ello, propone un conjunto de procesos, procedimientos y tecnologías que permiten operar los procesos críticos durante un ataque (aún cuando se extienda en el tiempo) y recuperar las operaciones críticas de forma rápida, minimizando el impacto sobre el negocio y los clientes finales.
Se trata de un enfoque complementario al de ciberseguridad. Mientras esta pone el foco en la protección y la detección, la ciber resiliencia se centra en los planes de actuación durante y después de un incidente, incluyendo las estrategias de recuperación.
“Una empresa ciber resiliente es capaz de atravesar incidentes minimizando la pérdida económica, la inversión en la recuperación y los costos vinculados con multas y reclamos”, explica María Pilar Torres Bruna, Directora Cybersecurity LATAM e Iberia de NTT DATA. “Al mismo tiempo, genera el menor impacto posible en terceros, cuida la reputación de la organización y, lo más importante, garantiza la continuidad del negocio”.