Un buque cargado de contenedores en el puerto chileno de Valparaíso. Los volúmenes de las exportaciones de América Latina y el Caribe aumentaron este año, pero no su valor, debido a mermas en los precios de los principales rubros que envía a China y otros destinos, como petróleo y otros minerales, soja y carne bovina. Imagen: EPV
SANTIAGO (Por Corresponsal de IPS) El valor de las exportaciones de bienes de América Latina y el Caribe caerá dos por ciento en 2023, en un contexto de gran debilidad del comercio mundial, indicó en un nuevo informe este jueves 2 la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
La región aumentará 3,0 % el volumen exportado, pero eso no compensará la caída de 5,0 % en los precios de sus productos de exportación. Por otro lado, el valor de las importaciones de bienes caerá 6,0 %.
Esas cifras reflejan la debilidad de la actividad económica regional, con un crecimiento proyectado de solo 1,7 % en el producto interno bruto (PIB) para 2023, por contraste con el 3,8 % que pudo registrarse el año pasado.
El informe, “Perspectivas del Comercio Internacional de América Latina y el Caribe 2023”, indica que las exportaciones de las subregiones América del Sur y el Caribe anotarán las mayores caídas en términos de valor, con decrementos de -5,0 y -6,0 %, respectivamente.
En cambio, los envíos de América Central y de México crecerían dos por ciento, a causa de su menor dependencia de las materias primas y su mayor vinculación con el mercado de Estados Unidos.
Los países que registrarán las mayores caídas de las exportaciones son en su mayoría exportadores netos de hidrocarburos o productos agrícolas. De 19 países de la región considerados, 12 aumentarían el valor de sus exportaciones en 2023, mientras que solo siete países aumentarían sus importaciones.
Las exportaciones regionales de servicios volverán a crecer en 2023, con un aumento proyectado de su valor de 12 %, impulsadas principalmente por el turismo y los llamados “servicios modernos”.
Allí se incluye una amplia gama de servicios suministrados digitalmente, como los informáticos, financieros y empresariales. Pese a completar su tercer año consecutivo de crecimiento, las exportaciones regionales de servicios se desaceleran en 2023 a medida que el turismo se acerca a sus niveles de prepandemia.
“Persiste el desafío de diversificar y sofisticar la canasta exportadora para reducir la excesiva dependencia de las materias primas, especialmente en América del Sur”, apuntó el costarricense José Manuel Salazar-Xirinachs, secretario ejecutivo de la Cepal, al presentar el informe.
En su opinión, “para ello es crucial implementar políticas de desarrollo productivo con un enfoque de clusters (grupo de empresas interrelacionadas, de un mismo sector y área geográfica) en sectores estratégicos”.
La Cepal sostiene que es crucial profundizar la integración regional para reducir la vulnerabilidad ante un entorno comercial mundial más incierto, y para generar escalas eficientes de producción para las industrias de la región.
Según el informe, la debilidad del comercio mundial es resultado de la desaceleración de la economía global, en un contexto de altas tasas de interés en Estados Unidos y Europa, crisis del sector inmobiliario en China, y crecientes tensiones geopolíticas.
Recordó que las proyecciones más recientes de la Organización Mundial del Comercio (OMC) indican que el volumen del comercio mundial de bienes crecería solo 0,8% en 2023.
Para 2024, la OMC proyecta una expansión de 3,3%, la cual –de concretarse- debiera dinamizar las exportaciones de la región.
Un capítulo especial del informe abordó la relación comercial entre la región y China. En el período 2000-2022, el comercio de bienes entre la región y China se multiplicó por 35, mientras que el comercio total de la región con el mundo solo se multiplicó por cuatro.
El intercambio bilateral, que en 2000 apenas superaba los 14 000 millones de dólares, en 2022 se acercó a los 500 000 millones. Desde 2010 China desplazó a la Unión Europea como el segundo socio comercial de la región, y se transformó en el primer socio comercial de América del Sur.
Las exportaciones a China se componen casi exclusivamente de recursos naturales en bruto y procesados; y las importaciones, casi exclusivamente de manufacturas.
Únicamente seis productos (frijoles de soja, minerales de cobre y de hierro, petróleo, cátodos de cobre y carne bovina) representan 72 % de las exportaciones regionales a China, y se concentran en pocos países, principalmente de América del Sur (93 %).
Por otro lado, la creciente penetración de las manufacturas chinas en la región ha ampliado el acceso para los hogares y empresas, pero también ha desplazado a la producción regional. El resultado neto es que se ha profundizado la especialización primario-exportadora, especialmente en América del Sur.
Para la Cepal, el sector alimentos es el que ofrece las mejores perspectivas de diversificar y sofisticar la oferta exportadora a China en el corto plazo.
Para ello, recomienda abordar las barreras no arancelarias existentes y fortalecer la inteligencia de mercado para satisfacer mejor las necesidades y gustos de los consumidores chinos.
Asimismo, el informe insta a los países de la región a atraer inversión extranjera directa (IED) hacia actividades de procesamiento de recursos naturales estratégicos (por ejemplo, litio), generando encadenamientos hacia adelante con actividades manufactureras (por ejemplo baterías y vehículos eléctricos).
En el informe se destaca también la necesidad de cerrar gradualmente la brecha regional de infraestructura de transporte y logística.
Para ello, y dado el actual contexto de limitado espacio fiscal, “resulta esencial explorar opciones innovadoras de financiamiento como fondos para infraestructura verde e inversionistas institucionales”.
Por último, se recomienda avanzar hacia la multimodalidad, reduciendo la excesiva dependencia actual del transporte carretero y dando más espacio al ferroviario y fluvial.