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Antonio Dumas está de regreso más ácido, ingenioso e irritable que nunca en la segunda temporada de Bellas Artes

El director de museo más filoso y políticamente incorrecto debe enfrentarse a nuevas e insólitas situaciones que solo él y sus métodos no convencionales pueden resolver. La nueva entrega de la comedia negra de Gastón Duprat y Mariano Cohn ya se encuentra disponible con todos sus episodios en Disney+ en Latinoamérica.

En la primera temporada de Bellas Artes,Antonio Dumas (Oscar Martínez) cosechó admiradores de inmediato gracias a su característica forma de ser. Mordaz, directo e irónico a más no poder, tomó a los espectadores de la mano y les mostró el lado B del mundo del arte diciendo lo que no muchos se atreven a decir a través de su lente singular.

En la segunda temporada de la serie, que ya se encuentra disponible con todos sus episodios a partir de hoyen Disney+ en Latinoamérica, Antonio regresa más Antonio que nunca. Su gestión al frente del Museo Iberoamericano de Arte Moderno, que conlleva nuevos choques, acuerdos y sorpresas, lo colocan al centro de las situaciones más insólitas, donde debe desplegar aún más su ingenio, su temple y su incorrección política para lidiar con cada una de ellas.

En un día de trabajo en el museo, el director tiene que lidiar con los interlocutores más variados: desde galeristas y artistas hasta sindicatos y políticos. Cada interacción requiere de habilidades distintas y Antonio las sabe desplegar con una versatilidad excelsa. Sin embargo, su forma de pensar siempre queda al descubierto. Políticamente incorrecto en la era de mayor corrección política, Antonio no tiembla al decir las cosas que muchos no se atreven a decir. Disfrazar lo que realmente piensa no es su especialidad.

Antonio transcurre sus días con una buena cuota de irritabilidad. Malhumorado y propenso a frustrarse, navega las confusas aguas de la posmodernidad como puede. Sus modos chocan con las políticas actuales del museo. Cuando lo llaman una y otra vez para responder una encuesta, gruñe al instante. Cuando su pequeño nieto pasa unas horas en el museo y hace travesuras, o simplemente responde a sus preguntas como cualquier chico de la Generación Alpha, se exaspera de inmediato. Para Antonio, el mundo está repleto de personas tontas, mediocres y molestas, y hace su mayor esfuerzo para convivir con ellas.

En la segunda temporada de Bellas Artes, el ingenio de Antonio brilla en todo su esplendor. El director del museo se ve envuelto en problemas cada vez más absurdos y surrealistas, pero sus ocurrencias para solucionarlos están a la altura de las circunstancias. Verlo en acción, desplegando sus artimañas, es imperdible.

Pero no todo es acidez en la vida de Antonio. Junto a las altas dosis de ironía, habita en el protagonista un amor por el arte que conmueve. Esa pasión se deja entrever, por ejemplo, cuando comparte momentos con su pequeño nieto frente a las obras de arte del museo. O cuando contempla, maravillado, una pieza invaluable de la primera artista abstracta de la historia. Puertas adentro de su casa, el icónico protagonista también sorprende mostrando afecto y complicidad con su gato Borges, quizás su compañero más fiel. Y es ahí, en esos momentos robados entre tanta acidez, que Antonio se vuelve más auténtico, contradictorio… y querible.

La segunda temporada de Bellas Artes ya está disponible con todos sus episodios exclusivamente en Disney+ en Latinoamérica. Los controles parentales* de Disney+ garantizan que la plataforma sea una experiencia de streaming adecuada para todos los miembros de la familia. Los suscriptores pueden crear perfiles protegidos por un PIN y establecer, para determinados perfiles, límites de acceso basados en la clasificación del contenido.

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