El premier lanza advertencia constitucional ante las mociones de censura por masacre en Pataz.
Gustavo Adrianzén, presidente del Consejo de Ministros, respondió a las cuatro mociones de censura que prepara el Congreso por su incapacidad frente a la ola criminal en el país, especialmente tras la masacre de 13 mineros en Pataz. Su respuesta no fue una autocrítica ni una propuesta: fue una amenaza.
“La presidenta podría disolver el Congreso”, advirtió Adrianzén, dejando claro que si lo censuran y el próximo gabinete no recibe la confianza, Dina Boluarte tendrá el poder constitucional para cerrar el Parlamento. Según dijo, no se trata de una advertencia, sino de una “reflexión” para que el Congreso mida las consecuencias de su accionar.
El premier detalló el escenario que prevé: si lo censuran la próxima semana, el nuevo gabinete tendría que buscar la confianza en junio. Si el Congreso la niega, se configura la segunda negación de confianza, lo que habilitaría a Boluarte a aplicar el artículo 134 de la Constitución.
Al ser cuestionado por los plazos, recalcó que aún no se ha cumplido el límite constitucional —un año antes de que termine el mandato presidencial— para aplicar la disolución. “Estamos en mayo”, insistió, dejando abierta la amenaza.
Adrianzén también se victimizó, comparándose con los exministros censurados Juan José Santiváñez y Rómulo Mucho. “No pienses en mí, mira lo que pasó con ellos”, dijo, como si el Congreso no tuviera razones de sobra para pedir su cabeza.
“No tengo apego al cargo”, añadió, aunque dejó claro que su salida —como en todo régimen autoritario— tendría un precio: la disolución del Congreso.