La exfiscal de la Nación rompe el silencio y acusa persecución política: “Me van a seguir armando carpetas para sacarme del camino”.
Patricia Benavides ha vuelto a escena, y no con medias tintas. En un pronunciamiento público tras acudir a la sede del Ministerio Público para exigir la restitución de su cargo, la exfiscal de la Nación admitió haber intentado remover a la fiscal suprema Delia Espinoza y acusó directamente a su exasesor Jaime Villanueva de traicionarla.
“Sí, tomé la decisión de apartar a la doctora Espinoza porque consideré que no garantizaba la transparencia que la Junta de Fiscales Supremos requiere. Pero eso no es delito”, declaró Benavides con determinación. Sus palabras dejan claro que no tiene intención de replegarse ante las graves acusaciones que enfrenta.
Benavides está bajo la lupa por presunto liderazgo de una organización criminal dentro del Ministerio Público, tráfico de influencias y pactos con congresistas para direccionar decisiones clave. Sin embargo, insiste en que todo forma parte de una operación para sacarla del camino: “Me han traicionado personas en las que confié plenamente. Me van a seguir armando carpetas, porque hay un claro interés de sacarme del camino”, lanzó ante los medios.
El foco de sus críticas fue Jaime Villanueva, su exasesor y hoy colaborador eficaz en su contra. Benavides lo señala como pieza clave en su caída y denuncia una “campaña política” para destruirla. “Estoy aquí para defender mi nombre y mi trayectoria como fiscal. No me voy a rendir”, dijo con tono desafiante.
La escena política y judicial se tensa más con cada movimiento de una figura que, aunque acorralada, aún no ha dicho su última palabra.