La exfiscal de la Nación apareció esta mañana en la sede principal del Ministerio Público para intentar asumir funciones, desatando una nueva crisis institucional en la cúspide del sistema de justicia.
Momentos de alta tensión se vivieron este lunes en el Ministerio Público, cuando la suspendida magistrada Patricia Benavides irrumpió en la sede principal de la institución con la firme intención de retomar su cargo como Fiscal de la Nación. El ingreso, ocurrido alrededor de las 8:00 a.m., desató una serie de enfrentamientos administrativos, jurídicos y políticos que han encendido las alarmas en todo el aparato de justicia.
La actual titular del Ministerio Público denunció públicamente lo que consideró una maniobra para forzar su salida del cargo. Además, alertó sobre un intento de retirarle el resguardo policial, una medida que, de concretarse, comprometería directamente su seguridad y podría interpretarse como una forma de presión institucional.
El hecho, de enorme gravedad, no solo ha puesto en entredicho la estabilidad del Ministerio Público, sino que también ha expuesto el colapso de la jerarquía en el sistema de persecución penal. Patricia Benavides no cuenta, hasta el momento, con una resolución oficial que autorice su retorno, lo que coloca a su intento de asunción en un terreno jurídico sumamente cuestionable y con efectos aún impredecibles.
Desde temprano, representantes del Ejecutivo, el Congreso y diversas autoridades del sistema de justicia han seguido de cerca los acontecimientos. La incertidumbre crece con cada hora que pasa, mientras sectores del país se preguntan si este será solo un nuevo episodio de pugnas internas o el inicio de un quiebre más profundo en la estructura institucional del Estado.