Expertos coinciden en que la innovación debe ser el eje central para un aprendizaje más personalizado.
Hace algunos días, el Foro Económico Mundial presentó un informe sobre el futuro del trabajo en el que reveló que más del 40% de las competencias clave necesarias en el mercado laboral cambiarían para este año. Ante este escenario, y en el marco del Día Internacional de la Educación, especialistas coinciden en que las aulas deben reinventarse para preparar a los jóvenes frente a un futuro incierto, marcado por la automatización, la inteligencia artificial y la globalización.
Pamela Mendoza del Solar, gerente del Área de Descubrimiento en Innova Schools, señala que entre las habilidades esenciales para el futuro están el pensamiento crítico, la creatividad, la adaptabilidad y la alfabetización tecnológica. Según señala, estas cualidades ya no son opcionales, sino requisitos básicos. “Sabemos que el mundo cambiará, pero no exactamente cómo. La flexibilidad es indispensable para enfrentar este desafío”, enfatiza.
Además, destaca la importancia de la comunicación intercultural, que va más allá de hablar un segundo idioma. “Es necesario formar jóvenes capaces de liderar y colaborar con personas de contextos culturales diversos, personas de diferentes culturas, una habilidad esencial en un mundo hiperconectado”.
Por su parte, Paul Neira, experto en políticas públicas y director de The Learning Factor, señala que la educación secundaria enfrenta desafíos importantes para mantenerse alineada con las exigencias del mundo actual. “Es necesario fortalecerla para que no solo consolide aprendizajes profundos, sino que también prepare a los jóvenes con las habilidades necesarias para un mercado laboral en constante transformación”, enfatiza.
Ambos expertos coinciden en que la innovación debe ser el eje central para un aprendizaje más personalizado. Pamela Mendoza del Solar destaca el uso de la tecnología y el aprendizaje basado en proyectos para fomentar la curiosidad y la resolución anticipada de problemas. Por su parte, Paul Neira complementa esta visión subrayando la importancia de integrar la educación con las demandas del mercado laboral.
“La clave está en cuestionar cómo se estructura el aprendizaje, especialmente en secundaria, para asegurar que las habilidades adquiridas permitan a los estudiantes adaptarse a las transformaciones del entorno laboral”, señala Neira. También resalta la necesidad de un enfoque educativo que combine flexibilidad y calidad docente para preparar a las futuras generaciones de manera integral.
Ambos expertos enfatizan que, para lograr estas transformaciones, es necesario que el Estado ajuste las políticas públicas educativas, permitiendo mayor autonomía en las escuelas y la implementación de enfoques pedagógicos innovadores. Sin embargo, esta transformación enfrenta un reto significativo: el acceso a herramientas tecnológicas, una limitación que, en 2019, afectaba al 60% de las escuelas, según el Ministerio de Educación. Solo a través de un marco normativo que facilite la experimentación y la disrupción en las aulas se podrá responder a las demandas de un mundo laboral en constante evolución y garantizar que las nuevas generaciones estén preparadas para liderar el futuro.