La inseguridad ciudadana sigue siendo una de las principales preocupaciones para los empresarios y comerciantes del país. Robos, extorsiones, y actos de violencia han generado un clima de incertidumbre que amenaza con paralizar la economía en sectores clave.
El impacto en la actividad empresarial
Desde grandes empresarios hasta pequeños comerciantes, todos enfrentan un panorama adverso. Las extorsiones, el cobro de cupos y los constantes asaltos están obligando a muchos negocios a cerrar sus puertas, mientras que otros operan bajo estrictas medidas de seguridad que incrementan sus costos operativos.
María Pérez, dueña de una tienda en Lima Norte, comenta:
«No pasa un día sin que escuchemos de un robo o una amenaza en la zona. ¿Cómo trabajamos así? El gobierno no parece entender la gravedad del problema. Estamos solos.»
Falta de acciones contundentes
A pesar de las reiteradas promesas de autoridades, los resultados son escasos. Las cifras de criminalidad siguen en aumento, y los operativos policiales parecen insuficientes frente al crecimiento de bandas organizadas. Además, la percepción de impunidad alimenta la desesperanza de los ciudadanos.
El presidente de la Cámara de Comercio de Lima, Carlos Morales, afirmó:
«Hemos solicitado reuniones con las autoridades para proponer soluciones y exigir medidas efectivas, pero no vemos una respuesta concreta. La inseguridad está afectando gravemente la inversión y el empleo.»
Un llamado urgente
El sector privado exige al gobierno un plan nacional de seguridad que permita recuperar la tranquilidad en las calles y garantizar un entorno adecuado para el desarrollo económico. Sin ello, los efectos negativos sobre la inversión, el empleo y la calidad de vida serán irreversibles.
Es momento de que las autoridades prioricen este problema con la seriedad que merece. La seguridad ciudadana no puede seguir siendo una promesa vacía, mientras miles de empresarios y comerciantes ven cómo sus sueños y esfuerzos se desmoronan.
