Mientras que Trump lazó una campaña que demostró una estrategia más directa y confrontacional, Kamala se enfocó en una narrativa más inclusiva y menos polarizante
Estados Unidos ya tiene nuevo presidente electo, se trata de Donald Trump, integrante del partido republicano. Pero, ¿qué nos dejó cada una de las campañas de los contendientes?
Karyn E. Suárez, profesora de Comunicaciones y Coach Ejecutivo de EAE Business School, perteneciente a Planeta Formación y Universidades, realizó un análisis de las campañas de Donald Trump y de Kamala Harris.
Estilos de liderazgo para sectores distintos
Las personalidades de Kamala y Trump, buscaban satisfacer las necesidades y deseos no realizados de dos sectores de la población estadounidense.
Según Suárez, Harris buscaba conectar con aquellos que apoyaban las causas sociales, la inclusión y el avance de la sociedad, y para ello mostró una personalidad carismática y progresista que la posicionaban como una líder accesible y empática.
Por su parte, el equipo detrás de Donald trabajó en crear una personalidad de líder fuerte, directo, audaz, con una preferencia por la comunicación sin filtros.
“Ambos representan estilos de liderazgo distintos y este contraste comunica al mundo dos cosas, primero que EU enfrenta un dilema entre mantener su estabilidad y abrirse a una transformación sociocultural, y, por otra parte, refleja las divisiones dentro de la sociedad estadounidense”, indica la académica.
Marketing: Campañas con mensajes opuestos
Así como las personalidades de cada candidato fueron diferentes, los mensajes durante la campaña también lo fueron.
Según Suárez, Trump pregonó un mensaje centrado en el patriotismo, la seguridad económica y el fortalecimiento del liderazgo en EU a nivel mundial, basado en “una retórica que apela a la protección de los intereses de la nación y la economía, que supo conectar con sectores de la población que valoran la estabilidad y el crecimiento económico”, además de que reforzó el discurso de crear una nación fuerte que protege sus intereses tradicionales y evita los cambios bruscos.
La campaña de Donald Trump “incluyó un uso intensivo de redes sociales y una narrativa de ‘nosotros contra ellos’, que resonó en los votantes” que prefieren la estabilidad a los cambios globales. “Fue directo, apelando constantemente a emociones como el orgullo nacional, lo cual consolidó su base electoral”.
En el caso de Harris, indica la profesora, su mensaje buscaba tocar las fibras de la justicia social, la inclusión y la representación de minorías, “posicionándola como una figura progresista y defensora de los derechos humanos. Su mensaje ha sido claro: buscar construir una sociedad más equitativa y diversa, en donde las voces de los grupos marginados encuentren representación y apoyo”. Asimismo, considera que la campaña de Harris se valió de su identidad como mujer afroamericana y asiática para conectar con comunidades diversas, transmitiendo un mensaje de cambio y progreso, conectando emocionalmente con una base de votantes más diversa.
Justo estos elementos influyeron en los votantes. “Factores como el branding personal, el uso de redes sociales y la segmentación de audiencias fueron decisivos”, indica la profesora. Así, mientras que Trump destacó en su capacidad de dirigirse directamente a sus votantes por redes sociales, manteniendo una alta visibilidad y conexión constante; Harris apostó por los sectores progresistas, lo que puede haber limitado el atractivo para un público más amplio, según Suárez.
Por último, la académica destaca que factores como la consistencia en los mensajes y la adaptabilidad a los medios digitales fueron esenciales. Mientras que la campaña de Trump apuntó a una estrategia más directa y de confrontación, Harris se enfocó en una narrativa más inclusiva y menos polarizante. “Ambos enfoques subrayaron la importancia de conectar emocionalmente con los votantes, adaptando el mensaje al canal adecuado para maximizar el impacto”.