La costa es una de las regiones en el Perú que tiende a sufrir diversos desastres naturales, como sismos y huaicos, con un foco importante en la capital, según diversos expertos. En el Perú el 64% de la población no se encuentra preparada para actuar adecuadamente ante desastres naturales.
El Perú está expuesto a diversos desastres naturales debido a su ubicación geográfica en el Cinturón de Fuego del Pacífico, una zona caracterizada por una intensa actividad sísmica. Además, los fenómenos climáticos extremos, como el fenómeno de El Niño, hacen que el país sea particularmente vulnerable a emergencias como inundaciones y huaicos. Ante este panorama, Luis Miguel Linares, docente de la carrera de Seguridad y Prevención de Riesgos en la Escuela de Educación Superior Cibertec, subraya que la preparación ciudadana es fundamental para reducir los daños y proteger a la población frente a estos eventos.
Según cifras oficial del Centro de Estudios y Prevención de Desastres (PREDES) cerca de 2.5 millones de personas residentes de Lima Norte registran mayores niveles de vulnerabilidad debido a la ocupación de áreas inestables, cauces secos y riberas del río Chillón, donde las viviendas presentan baja resistencia a sismos y lluvias. Mientras tanto, se estima que cerca de un millón y medio de personas en el Perú están expuestas a riesgos potenciales de huaicos y deslizamientos de tierra de acuerdo con el Centro Nacional de Estimación, Prevención y Reducción del Riesgo de Desastres (CENEPRED).
El especialista de Cibertec también revela que el 64% de la población en el Perú no está preparada para actuar adecuadamente frente a estas emergencias. “La prevención es clave para salvar vidas y reducir daños, y tiene un impacto directo en la capacidad de una sociedad para responder eficazmente. No podemos competir con la naturaleza, pero sí podemos estar preparados”, recalca Linares. Además, enfatiza que la prevención y la acción oportuna son esenciales no solo para mitigar los daños socioeconómicos, sino, principalmente, para proteger la vida de las personas.
Ante esta situación, Luis Miguel Linares propone una serie de recomendaciones basadas en tres ejes fundamentales: prevención, información, acción y colaboración. Estas directrices no solo están dirigidas a las zonas vulnerables, sino también a todos los habitantes de las áreas costeras, con el fin de prepararse y responder de manera efectiva ante estas contingencias.
- Prevención: Es fundamental que las personas se informen sobre los riesgos de sismos, huaicos y otros fenómenos en su área y, en la medida de lo posible, eviten asentarse en zonas vulnerables. La elaboración de un Plan Familiar de Emergencia es crucial, permite a cada miembro de la familia saber cómo actuar en caso de una emergencia. Este plan debe incluir la preparación de un Kit de Emergencia, que contenga una mochila con suministros esenciales, como mascarillas, alimentos no perecibles, agua potable, alcohol en gel, linterna, baterías y un botiquín de primeros auxilios.
- Información: Es importante mantenerse informado a través de fuentes confiables, como el SENAMHI, y estar atento a alertas meteorológicas y sismológicas. También se debe identificar y ensayar las rutas de evacuación y los puntos de encuentro en zonas seguras o elevadas. Por último, es vital prestar atención a señales naturales que podrían advertir un desastre inminente, como cambios repentinos en el caudal de los ríos, agua turbia o ruidos inusuales en el terreno, que pueden indicar deslizamientos o huaicos cercanos.
- Acción: Ante la inminencia de sismos o huaicos, es crucial que las personas activen de inmediato su Plan Familiar de Emergencia. Es fundamental evitar cruzar cauces de ríos o acercarse a zonas de alto riesgo, como laderas inestables o áreas propensas a deslizamientos. Deben tener siempre a mano su Kit de Emergencia y estar preparados para una posible evacuación de manera rápida y segura. Mantener la calma y actuar con rapidez es esencial para garantizar la seguridad de todos los integrantes de la familia y reducir el riesgo de accidentes durante la evacuación.
- Colabora: finalmente, las personas deben alejarse de las zonas afectadas y regresar a casa solo cuando las autoridades lo indiquen. Por otro lado, es crucial que revisen las instalaciones físicas y las de agua, electricidad o gas antes de usarlas. Además, deben mantener la higiene con agua y jabón o alcohol en gel. Por último, es recomendable que se organicen con sus vecinos para participar en labores de rehabilitación y ayuda a los posibles afectados.
Es importante mencionar que, en Lima junto con algunas regiones aledañas, es una de las ciudades más expuestas a desastres como sismos y huaicos debido a su ubicación geográfica, y donde aproximadamente 550,000 habitantes viven en condiciones de alta vulnerabilidad.