- Sinba y Desafío Ambiente se unieron a Field, Nestlé, Grupo Vida Sol, Amcor y Latitud R para transformar plásticos difíciles de reciclar y crear un material altamente resistente, para uso industrial y de construcción.
Las envolturas de galletas, papas fritas y otros tipos de snacks son muy comunes en nuestro día a día. Sin embargo, la mayoría de estos termina como basura, contaminando el ambiente, ya que hasta ahora no había tecnología que permitiera el reciclaje de lo que técnicamente se conoce como ‘plásticos flexibles’. Ante este problema, Sinba (Perú) y Desafío Ambiente (Chile) se unieron para implementar una solución a este reto en el Perú.
La propuesta consiste en la transformación de plásticos difíciles de reciclar en un material llamado ‘madera plástica’. Se trata de un elemento altamente resistente a condiciones climáticas, sostenible y versátil, que tiene todos los usos de la madera tradicional, desde la construcción hasta decoración y muebles. Su gran atributo: evita la deforestación y es una alternativa para que miles de residuos encuentren una segunda vida y no se conviertan en basura.
Para hacer realidad este proyecto, se formó una alianza con empresas e instituciones comprometidas con el cuidado del medio ambiente y que produzcan o utilicen este tipo de empaques. Fueron cinco organizaciones las que se sumaron a esta iniciativa: Field de Mondelez Internacional, Nestlé, Grupo Vida Sol, Amcor y Latitud R.
Estas organizaciones fueron testigos del inicio de la transformación de residuos plásticos en madera plástica en el evento de inauguración oficial, que se llevó a cabo este 10 de julio, en el Centro Inclusivo de Recuperación Circular (CIRC) de Sinba, en Villa El Salvador. Se trata de una planta piloto con capacidad para transformar una tonelada, el equivalente a 300 mil envolturas de galletas por día, aproximadamente.
Para Pipo Reiser, cofundador y gerente general de Sinba, este proyecto es un hito en la transición hacia la economía circular en el Perú: “Nos embarcamos en esta aventura porque nuestro sueño es cocrear un mundo sin basura, empezando por nuestro país. Y encontrar un aliado como Desafío Ambiente, que lleva 8 años desarrollando e implementando esta tecnología, ha sido clave para acercarnos a nuestro propósito”.
Anita Farfán, cofundadora y gerente general de Desafío Ambiente, habla sobre qué les motivó a expandirse a nuestro país: “Llegamos a Perú porque su economía es muy similar a la nuestra. Tenemos los mismos problemas y vemos que está empezando su tránsito hacia la economía circular. Creemos firmemente que nuestra experiencia será un gran apoyo para este camino, que llevará a Perú a convertirse en un país más sustentable y junto con Chile, empujar para que otros países se sumen en la construcción de un continente y mundo más limpio y justo”, sostiene.
La inauguración de esta planta demuestra el poder de la colaboración empresarial en la lucha contra la crisis de basura que vive el mundo y el Perú. La comunidad está invitada a conocer más sobre el proyecto, aportar materiales plásticos y participar en futuras iniciativas y proyectos a realizarse con este material versátil y duradero.