Por Claudio Valerio
Básicamente el Polo es un deporte que, para jugarlo, necesitan de dos equipos de cuatro jugadores cada uno, contrarios. Los jugadores van montados a caballo y, por medio de un mazo o taco, intentan llevar una pequeña pelota de madera o plástico hacia el arco o portería del rival. Desde luego que la finalidad del juego consiste en marcar goles.
Los jinetes de los equipos, cuatro por cada lado, lleva un mazo (taco) que resulta parecido a un palo de golf. El partidos se desarrolla en un máximo de ocho tiempos parciales (llamados chukkers), de 7 minutos y, como se dijera, el objetivo es convertirle goles al rival en un arco que está formado por dos postes de mimbre, separados 7,3 metros entre sí. ¡Gana quien anota más!
El polo tiene reglas básicas, simples, y son casi unánimemente conocidas; pero no sólo es un juego, en él se envuelven muchos más factores que el entretenimiento, como por ejemplo su peculiar entorno que lo rodea que, a veces, resultan más importantes que el propio juego.
La atmósfera del polo tiene de todo y para su observación y disfrute se puede ir con la familia. Es un ambiente muy tranquilo en el que se puede sentir de cerca a los protagonistas y, en el mismo, se pueden encontrar a aquellas personas que le gustan los caballos, como también aquellas que van por el show en sí, y a los que asisten por status social. Pero todas estas partes que conviven con normalidad.
El polo llegó a la Argentina junto a los inmigrantes ingleses, que vinieron a estas tierras a mediados/finales del siglo XIX quienes, en su gran mayoría, eran hacendados. De la mano de estos inmigrantes, se llegaron a importar caballos para jugar a dicho deporte. Pero, sorpresivamente, los iniciadores del polo supieron encontrar en este país caballos y hombres y dotados de virtudes que lo llevarían a un prestigio internacional.
El Polo; los ingleses introdujeron y, por su pasión por jugarlo, en1888 fundaron el Hurlingham Club, una asociación civil, entidad dedicada a la práctica del Polo y el “hurling”, un deporte de equipo parecido, de origen celta, el que se juega con palos con los que se golpea una pelota. Y es este club el que le da origen al nombre de la ciudad, ubicada en la Zona Oeste del Gran Buenos Aires, Argentina. Al Hurlingham Club se lo considera cuna del “Abierto Argentino”, considerado como el más antiguo del mundo y una de las gemas de la Triple Corona.
El polo y el asado, son dos clásicos que se unieron, no sólo por la pasión, sino también para mostrar la Argentina en el mundo y que descubran la pasión por nuestra comida emblema.
El hecho es que, además de mirar partidos de polo, los que asisten pueden comer al aire libre un rico asado, como también otros platos clásicos. Aire libre, así como de buena comida y rodeado de lindos paisajes, hacen que el compartir un asado sea una excusa para estar cerca de quienes más queremos.
Un fin de semana disfrutando de un partido de polo, en familia o con amigos y una rica parrilla, suena el escenario perfecto.