La estrategia como elemento central del negocio requiere de un dinamismo continuo en línea con el entorno y tendencias al que están expuestas las empresas. Adolfo Guevara de Aurys Consulting Perú, comparte siete acciones claves para potenciar la ejecución de la estrategia:
- Movilizar la ejecución a través del liderazgo ejecutivo: La planificación es una función inherente a la línea ejecutiva, donde radica el conocimiento de la empresa e industria y deberán existir suficientes capacidades y compromisos internos para establecer claramente el caso de negocio a perseguir. Por tanto, los directores y gerentes deberán involucrarse en las decisiones y acciones necesarias para conducir la estrategia como un proceso que integra la visión estratégica con las funciones operativas diarias.
- Desarrollar una visión sistémica para alinear a la organización: Debemos desarrollar un pensamiento sistémico que contrarreste la tendencia de trabajar en silos, persiguiendo objetivos independientes y con reglas propias. Es necesario leer a los diversos stakeholders y diseñar inteligentemente interdependencias entre distintos componentes de la organización para poder ejecutar la estrategia de manera coordinada potenciando así los aportes y resultados de cada área.
- Traducir la estrategia en términos operacionales: Definición de hoja de ruta con iniciativas que permitan avanzar estructuradamente en la ejecución de la estrategia definida. Implementar metas, acciones, plazos, responsables, junto a criterios de éxito explícitos de la nueva estrategia y mecanismos de seguimiento y control. En este punto surge la importancia de ligar esta hoja de ruta con el presupuesto anual de la compañía.
- Optimizar la toma de decisiones: La ejecución de una estrategia será el resultado de la convivencia de ésta con cientos de decisiones en tiempo real efectuadas día a día según las contingencias que se enfrenten y la información de la que se dispone, por lo tanto es indispensable clarificar los roles y responsables de decisión, definir hitos claves que requieren de decisiones conjuntas y diseñar flujos de información que permitan tomar las mejores decisiones sobre un marco establecido (sobre todo cuando se está en una transformación digital).
- Motivar para que la estrategia sea trabajo de todos: La estrategia deberá conectarse con todas las personas de la organización para hacerla accionable, contando con más ejecutivos promotores en terreno y colaboradores con mayor autonomía, capaces de asumir riesgos (equivocarse) y adquirir compromisos.
- Desarrollar capacidades avanzadas de colaboración: Incorporar la “colaboración” como herramienta de co-creación de valor, estableciendo relaciones profundas con sus proveedores, clientes clave y socios estratégicos.
- Controlar y realizar un seguimiento estratégico: Dado que las opciones estratégicas se basan en hipótesis e involucran cambios con plazos extendidos de 3 a 5 años, se deberá monitorear cercanamente cada iniciativa, durante su ejecución y después de esta.