Las autoridades sanitarias de Nueva Zelanda iniciaron una batalla por la custodia de un bebé cuyos padres bloquean una intervención de vida o muerte porque los donantes de sangre pueden haber recibido vacunas anticovid. El procedimiento quirúrgico se retrasó porque los padres no quieren que reciba sangre procedente de donantes que hayan recibidos vacunas de ARN mensajero. Las autoridades sanitarias rechazaron la petición de los padres. El banco de sangre neozelandés no distingue entre donaciones de personas vacunas o no ante la COVID-19 dado que no hay un riesgo añadido por usar este tipo de sangre.
Las autoridades querían recibir custodia parcial del niño, dejando a los padres a cargo de los cuidados no sanitarios, y permitir que el procedimiento siga adelante.