En «Intensamente 2» se muestra cómo las emocionesson fundamentales en nuestras vidas, desde nuestras interacciones diarias hasta nuestras decisiones financieras.
Si has incursionado en el mundo de las inversiones, sabes que son diferentes las emociones que se presentan en mayor y menor medida, dependiendo de cada momento y circunstancias. Pero, como en la vida misma, es fundamental identificarlas y saberlas gestionar. Por eso, tyba por Credicorp Capital, la plataforma integral de inversiones, recoge las principales emociones que se pueden experimentar al momento de invertir y qué tener en cuenta para tomar decisiones más adecuadas.
Alegría
Surge cuando tus inversiones generan rendimientos positivos, ya sea por un comportamiento al alza del mercado o por una buena elección de activos. Es un momento de satisfacción donde confirmas contigo mismo que algo de lo que estás haciendo está funcionando. Sin embargo, es importante no dejarse llevar por la euforia (exceso de alegría) y tomar decisiones precipitadas basadas en estos momentos de éxito. Mantén una perspectiva a largo plazo y revisa regularmente tus objetivos financieros para asegurarte de que sigues en el camino correcto.
Tristeza
Por el contrario, cuando se desvalorizan tus inversiones se experimenta tristeza, incluso cuando los rendimientos son positivos pero menores a lo esperado se puede experimentar esta emoción. Estos momentos pueden ser desalentadores, pero son una parte natural de las inversiones, ya que toda inversión conlleva riesgos, hasta las alternativas más conservadoras. Lo más importante es no tomar decisiones movidas por el desánimo. En lugar de eso, mantén la perspectiva y enfoque a largo plazo, evalúa objetivamente cuál fue el contexto de esa desvalorización, aprende de ella y ajusta tu estrategia de ser necesario.
Ansiedad
Esta emoción es común cuando cuando hay incertidumbre en los mercados, también puede surgir cuando revisas diariamente el comportamiento de tus inversiones, lo que genera estrés y posibles preocupaciones por futuras desvalorizaciones. Para manejar la ansiedad: primero, deja de revisar a diario la rentabilidad de tu inversión, y segundo, establece un plan de inversión sólido manteniéndote enfocado en tus objetivos a largo plazo. Evita tomar decisiones basadas en movimientos de corto plazo y considera la diversificación para mitigar riesgos. Además, si inviertes teniendo en cuenta tu perfil de riesgo, no deberías experimentar un estrés que no puedas manejar.
Miedo
El miedo se manifiesta en momentos de volatilidad extrema del mercado o durante crisis económicas. Este sentimiento puede llevar a decisiones impulsivas, como vender activos en pánico. Es importante recordar que el miedo puede distorsionar la realidad y nublar el juicio. Así que la mejor forma de afrontarlo es invertir de manera informada y responsable, puedes apoyarte de tu asesor financiero si lo requieres y educarse constantemente.
Entender y gestionar estas emociones puede ayudarte a convertirte en un inversor más equilibrado y estratégico. Recuerda siempre tomar decisiones de inversión con cabeza fría, usando la razón y la investigación en lugar de las emociones.